Cuando llegamos a nuestra habitación del hotel, solemos recorrer con la vista y por lo general el nivel de limpieza que encontramos es más que aceptable. Pero un mundo invisible de gérmenes compartirá alojamiento con nosotros, sin darnos cuenta.
En la última edición de Condé Nast Traveler se incluye un artículo sumamente interesante pero no apto para aquellos que van por la vida revisando debajo de la cama. Nos encontraremos con mucho más que pelusa.
Esta publicación ha llevado a cabo un investigación junto con el laboratorio de Microbiología del Centro Médico de la Universidad de New York, tomando muestras en hoteles de 3 categorías de acuerdo a su tarifa: de lujo, intermedio y económico. Si bien el nivel general de limpieza podría decirse que es adecuado, mirando un poco más allá (o con un microscopio), han sacado algunas conclusiones muy inquietantes.
El 80% de las enfermedades se contraen por contacto directo o indirecto. ¿Cuántas personas han tocado el teléfono de tu habitación antes que tú? ¿Lo habrán limpiado en profundidad después del último huésped? ¿Y la puerta de entrada, los grifos del baño, el mando a distancia del televisor?
La investigación ha mostrado que algunas falencias se presentan por igual en cualquiera de los hoteles muestreados. Por lo cual se deduce, que el precio no influye determinantemente en el nivel de salubridad. Por otro lado, los usos y costumbres de los huéspedes sí pueden variar en cada uno de ellos y, por lo tanto, los "rastros" dejados por ellos son diferentes. No voy a entrar en detalles desagradables, pero pueden leer el artículo original (en inglés).
Digamos sólamente que se encontraron muchos miroorganismos producidos en el intestino humano (no sé si soy clara). Entre otros: evidencias de bacteria E.coli en máquinas de hielo, teléfonos y radio-relojes. Candida albicans es el nombre de un hongo que produce infecciones intestinales y apareció instalado en los mandos a distancia o las sillas del cuarto de hotel. Y en las moquetas.
Nada de ésto nos lleva a la muerte pero... ¿Qué hacer?
Los expertos nos recomiendan tener a mano unas toallitas anti bacteriales descartables para repasar esos objetos toqueteados por todos, usar zapatillas para movernos sobre la moqueta y aún para bañarnos.
No usar la manta que en algunos hoteles proveen ya que son un micromundo de ácaros y demás parientes.
Preferir hoteles que usen fundas impermeables para los colchones y almohadas. O lleva las tuyas.
Los cortinados, tapicería, manteles y demás son el festín de muchos bichitos invisibles. Opta por hoteles con decoraciones más sencillas de mantener.
Coloca antiséptico y cubre cualquier lastimadura que tengas (por pequeña que sea): son la puerta de entrada ideal.
Trata tu equipaje. Antes de preparar la maleta en casa, échale unpoco del spray que usas para tus plantas. Y al volver, lava toda la ropa (aún la que no hayas usado) y pasa el aspirador a la maleta. En la habtación del hotel: mantén la maleta cerrada.
A no amargarnos. Confiemos en nuestro sistema inmunitario y hagamos lo que nos enseñó mamá: lavarnos las manos con agua y jabón y así reducir un 50% el riesgo de contagio.