Aunque aún no está determinado cuál es el mecanismo que desencadena el Síndrome de la Clase Turista, se cree que se debe a la inmovilización en declive durante un tiempo prolongado de los miembros inferiores.
O sea, estar sentado durante 8 horas o más en un mínimo asiento de avión sin espacio para estirar las piernas. Lo cual además de ser incómodo, “facilitaría los episodios de dificultad respiratoria, dolor torácico y malestar, provocado por un cuadro tromboembólico venoso”.
Además, un estudio reciente ha comprobado que en algunos individuos se produce una activación de los sistemas de coagulación tras 8 horas de viaje aéreo, el cual puede ser otro motivo desencadenante del Síndrome sumado a la inmovilización de las piernas.
El Síndrome de la Clase Turista no se trata de un simple malestar, en algunos casos puede complicarse e incluso acabar en fallecimiento.
Algunas recomendaciones a seguir en los próximos viajes largos (de más de 6 horas) para evitar los efectos del SCT son beber mucho líquido, levantarse cada dos horas del asiento y dar una caminata, realizar ejercicios con los pies y las piernas y en algunos casos tomar algún medicamentos como por ejemplo, la aspirina.
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