La magnífica fortaleza de Jodphur, patrimonio de los Maharajas desde el siglo XV, se levanta sobre un peñón rodeada por la ciudad de Jodphur, la también llamada ciudad azul. Un increíble laberinto de calles entre casas de color índigo (entre otras cosas para ahuyentar a los mosquitos) repletas de tiendas, vacas, olores, especies y un sinfín de sorpresas, se extiende alrededor de la fortaleza.
La ruta por el Rajasthán acostumbra a pasar por Jaipur (la famosa ciudad rosa), Pushkar, Jaisalmer y Udaipur, pasando de largo por Jodphur. Eso ayuda a encontrar una ciudad en medio del Rajasthán con encanto propio, vida auténtica en los mercados y rincones todavía por descubrir.
El inexpugnable fuerte de Jodphur es una maravilla arquitectónica en la cima de un promontorio y probablemente una de las visitas más ordenadas (¡con cinta de audio en castellano incluida!) y, curiosamente, en India. Los Maharajas han habitado en él desde sus inicios en el siglo XV y sus habitaciones interiores, patios, almenas y balcones componen una maravillosa mezcla de elementos mogoles, persas e hindúes. Es una enorme fortaleza con vistas preciosas a la ciudad azul y en un estado de conservación impecable. No en vano, nadie ha sido nunca capaz de derribar sus puertas.
Después de la visita, nada mejor que dedicar el día a pasear, picar unos dulces, pasear, tomar un té aquí, una samosa allá, perderse otra vez entre las laberínticas calles de la ciudad, tomar otro té, un dosai, saludar a los niños que te persiguen con la mirada, unos lassies, un vadai, hasta que a punto de reventar de tanta comida, tanto dulce, buscar el camino de vuelta al hostal!
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