Hace trece años China inició la construcción de un proyecto faraónico, la Presa de las Tres Gargantas. Entonces y ahora muy criticado por las organizaciones ecologistas, el dique de 185 metros de altura intentaba poner freno a uno de los peores males de la región de Hubei, las inundaciones, aprovechando de paso la fuerza del agua para generar electricidad a lo largo del cauce del río Yangtse.
A cambio, más de 300 pueblos quedaran anegados, y numerosas muestras de arte y de la cultura china se perderán para siempre. Cuando finalicen los trabajos, previsiblemente en 2009, será el mayor embalse del mundo.
Hoy en día la Presa de las Tres Gargantas se ha convertido además en uno de los principales destinos turísticos de China, y de paso en el proyecto industrial más visitado del mundo, sobrepasando en 2005 el millón de visitantes.
La afluencia de turistas se incrementa en un 30 por ciento anualmente, lo que ha sido uno de los principales motivos esgrimidos por las autoridades chinas para decidir la construcción de un centro de recepción de turistas y nuevas instalaciones de ocio que satisfagan las demandas crecientes del turismo.
El nuevo Centro de Recepción ocupará un area de casi 9 hectáreas y estará situado cerca del Puente de Xiling. Entre sus equipamientos habrá numerosas tiendas, restaurantes y teatros. Y es que China está empezando a descubrir los beneficios del turismo y el movimiento económico que genera.
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