A 14 kilómetros de la ciudad de Cracovia se encuentra uno de los mayores y más antiguos establecimientos industriales de Europa: las Minas de Sal de Wieliczka. Estas cuevas salíferas funcionan como tales desde el siglo XIII y en el año 1978, debido a su espectacularidad, fueron incorporadas por la UNESCO al Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El recinto consta de nueve niveles y en cada uno de ellos, se encuentran esculpidos en sal, diversos altares, estatuas y numerosos objetos de arte. De todo lo que puede verse en las dos horas que dura la visita guiada, los espacios que más impactan son la Capilla de San Antonio y el Altar mayor de la Bienaventurada Kinga (una virgen que despierta gran devoción entre los polacos). Ésta última a su vez, alberga una serie de imponentes arañas que son en sí mismas un espectáculo aparte, ya que cada uno de los caireles que la forman son de sal y fueron tallados a mano, por los trabajadores de la mina, en los momentos de descanso. Pero la obra que quizás más llame la atención, es la réplica en altorrelieve de “La Última cena” de Leonardo Da Vinci. Esculpida sobre una de las paredes de la cueva, es una de las atracciones que más miradas provoca en los viajeros, quienes no pueden dejar de asombrarse ante el parecido que guarda con la obra original.
Si piensas viajar a Polonia, no dejes de visitar este fabuloso e interesante destino. Puedes hacerlo contratando una excursión programada desde Cracovia (casi todas las agencias de turismo la ofrecen) o bien en forma independiente, utilizando el tren o el autobús.
Vía | Visita Polonia