Los Juegos Olímpicos de Río 2016 están ya a pleno rendimiento, lo que ha permitido el estreno de las instalaciones que la ciudad ha construido para albergar las diferentes competiciones deportivas. Curiosamente, para la ceremonia de inauguración, no se eligió el estadio olímpico, sino el mítico Maracaná, pero Engenhâo, como se conoce popularmente al estadio, tendrá su momento para brillar.
El reto para Río de Janeiro es que todos estos centros deportivos no caigan en desuso, y en el olvido, cuando se acaben los Juegos. Algunas sedes olímpicas han conseguido que sus instalaciones continúen utilizándose en la actualidad, y que hasta sean atracciones turísticas. Así que os traemos 10 estadios olímpicos que merece la pena visitar.
Estadio Joâo Havelange
El estadio olímpico de Río 2016 es el Joâo Havelange, edificado para los Juegos Panamericanos de 2007. Popularmente, es conocido también como Engenhâo porque se encuentra en el barrio Engenho do Dentro, y cuando el club de fútbol Botafogo lo utiliza para sus partidos como local, todavía recibe otro nombre más, el estadio Nilton Santos. Es la sede de las competiciones de atletismo y fútbol, pero los eventos importantes de los Juegos se celebran en Maracaná, el legendario campo donde Brasil perdió la final del Mundial de 1950 ante Uruguay.
Estadio Panatenaico
Los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna se celebraron, en 1896, en Atenas, y su sede fue el estadio Panathinaikó, o Panatenaico (o Kallimarmó). Construido unos años antes sobre un estadio del 566 a.C., sigue por tanto el esquema de los recintos donde los antiguos griegos celebraban los Juegos Panateneos (los Juegos Olímpicos de la antigüedad tenían lugar en Olimpia). En Atenas 2004, el estadio acogió la llegada del maratón y, probablemente, es la sede de aquellos juegos que mejor se conserva en la actualidad.
Olympiastadion
El estadio olímpico de Berlín, u Olympiastadion, se construyó para albergar los Juegos de 1936, que Adolf Hitler quería utilizar para demostrar la supremacía de la raza aria, y de la Alemania nazi. Las victorias de Jesse Owens (mostradas en la reciente 'El héroe de Berlín') rompieron en parte esa imagen que Hitler quería proyectar. Actualmente, sirve como estadio local para el Hertha Berlin de fútbol.
Estadio Olímpico de Estocolmo
Estocolmo albergó los Juegos Olímpicos de 1912 y la competición de hípica de los de 1956, en Melbourne, por las estrictas normas australianas de cuarentena de los caballos para entrar en el país. Su estadio olímpico, más conocido simplemente como el estadio, es de los más pequeños, con capacidad para unos 15.000 espectadores, dependiendo del uso que se le dé. Se celebran en él competiciones de atletismo y conciertos.
Estadio Lluís Companys
Barcelona 92 utilizó como sede del atletismo y de sus ceremonias de apertura e inauguración el Estadi Olímpic Lluís Companys, construido originalmente para la Exposición Universal de 1929 en la montaña de Montjuïc, y que se reformó a fondo para los Juegos. Se utiliza para la celebración de conciertos, principalmente, y para la disputa de partidos de fútbol y competiciones de atletismo.
Stadio Olimpico
En los años 20, Mussolini quiso construir en el Foro Itálico de Roma un complejo deportivo. De él se conserva, por ejemplo, el Stadio dei Marmi, o Estadio de los Mármoles, un recinto para el atletismo que, en los Juegos de 1960, celebró algunos partidos de la fase preliminar de hockey. El Estadio Olímpico para aquel evento, sin embargo, se construyó al lado, y no se utilizó sólo para aquellos Juegos. Fue reconstruido casi por entero para el Mundial de fútbol de 1990 y, en la actualidad, es el campo local tanto de la Roma como de la Lazio.
Estadio Olímpico de Helsinki
La capital finlandesa tendría que haber albergado los Juegos Olímpicos de 1940, y para ellos se cosntruyó su estadio olímpico en un estilo muy funcional, en 1939. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial obligó a cancelarlos, así que el estadio no se estrenaría hasta 1952, cuando Helsinki organizó los Juegos de Verano. Su característica más reconocible es la torre lateral de 72,71 metros de altura, la distancia con la que el lanzador de javalina Matti Järvinen se llevó el oro en 1932, en Los Ángeles.
Los Ángeles Memorial Coliseum
Sede de los Juegos Olímpicos de 1932 y 1984, el Memorial Coliseum de Los Ángeles se construyó en 1923 como una conmemoración de los veteranos de la Primera Guerra Mundial. Hoy en dia es la sede del equipo de fútbol americano de la Universidad del Sur de California (USC), que todavía enciende el pebetero en los últimos momentos de los partidos. El fuego "olímpico" también arde cuando se celebran los Juegos en otras ciudades o en fechas especiales, como después del accidente del transbordador espacial Challenger, en 1986.
Estadio Olímpico de Montreal
Utilizado para los Juegos Olímpicos de 1976, el estadio olímpico de Montreal había empezado a prepararse en 1963, cuando el alcalde quiso construir un estadio cubierto para poder conseguir una franquicia de la liga MLB de béisbol. Su rasgo más definitorio es la torre, de 175 metros de altura, que desplegaba y recogía el techo retráctil, y bajo la que estaba también la piscina olímpica. Actualmente, los cables de la torre evitan que el techo, fijo, se caiga, y desde que el equipo de béisbol se marchó a Washington, en 2004, el estadio no es sede habitual de ningún equipo deportivo.
El Nido de Pekín
El Estadio Nacional de Pekín, construido para los Juegos Olímpicos de 2008, puede ser de los más originales que se han levantado para ser sede de este evento. Por su forma, recibió el apodo del Nido, y entre sus responsables figuraba el artista Ai Weiwei, que desde entonces es uno de los disidentes más críticos con el gobierno chino. Aunque puede visitarse, está casi en desuso. La selección de fútbol china disputa algunos partidos allí, y representa las dificultades para encontrar una segunda vida para estas instalaciones olímpicas.
Imagen | Dodoedo, Robert Pittman, Luke McKernan, Photocapy, Claudio Ruiz, Anthony Majanlahti, Regan Buker, 305 Seahill, Caroline Ingram, Jennifer Gergen
En Diario del Viajero | Cómo llegué a la isla paradisíaca que hay frente a Río de Janeiro