Ser apicultor por un día, toda una experiencia
La recolección de miel es una actividad muy interesante que puede constituir toda una experiencia de ocio. Poder ser apicultor por un día, visitar las colmenas con la debida protección y recolectar la miel es toda un experiencia que pude vivir hace unas semanas.
Hay muchas zonas de apicultura en España, tanto en la Alcarria, como en Andalucía, Cataluña, Castilla y León o País Vasco, prácticamente en toda España, donde es posible aprender de la cultura de las abejas, saber cómo funciona el enjambre, y participar de forma activa en una actividad ciertamente atractiva.
Normalmente estas visitas se realizan en la época de primavera, verano y principios del otoño, dependiendo de la climatología y resultan actividades apasionantes para los que las realizan, tanto adultos como niños.
Mi familia me contó que un bisabuelo nuestro tuvo colmenas, -no en vano el pueblo de mis abuelos se llama Colmenar Viejo- pero nunca había tenido ocasión de ver el funcionamiento de esta dulce actividad hasta que realicé una visita a Mel Muria, una empresa de Tarragona que organiza un interesante paseo en el que se puede ver todo el proceso, entender la historia de la apicultura, ver la evolución de los utensilios en un curioso museo y por supuesto degustar diferentes variedades de miel.
Esta actividad tiene como momento más interesante la visita a las colmenas, cuando tras pertrecharse con la indumentaria adecuada consistente en un traje a prueba de picaduras, y siguiendo las indicaciones del experto, nos acercamos a las colmenas, abriendo cada una para ver cómo se hacen las celdas, cómo se elabora la miel o como nace una abeja al romper la capa de cera que le separa del mundo.
Es una experiencia emocionante, que aunque se realiza con el traje especial y se realiza provistos de un bote de humo que se tranquiliza a las abejas, no exenta de cierto riesgo pese a las protecciones -a uno de mis acompañantes le pico una abeja en un tobillo y le produjo una buena inflamación- pero en todo caso, una experiencia apasionante y muy recomendable.
En la visita, pude entender el proceso de elaboración de la miel, descubrir cómo son las distintas clases de abejas, verlas -y oír su temible zumbido-, entender como es su ciclo vital y atender las explicaciones del experto, tanto en la fábrica donde se procesan los distintos productos, -miel, propóleo, jalea real, polen- como en el museo donde hay paneles informativos, proyecciones interactivas y muchas explicaciones, como in situ en el campo donde pude tomar todas las fotografías que ilustran esta publicación.
Para mí fue toda una experiencia, que os recomiendo probar pues es además una actividad muy educativa y en la que se experimenta una emoción -y cierta tensión- que me resultó muy agradable. Además, podréis probar la miel directamente tomada del panal, ver el trabajo de las abejas, y el proceso posterior de purificación de la miel hasta su envasado.
Por supuesto, tras la visita a los panales de rica miel, al regresar a las instalaciones tras la experiencia de campo y quitarnos los trajes que nos hacían parecer invasores del espacio exterior, probamos las diferentes variedades de miel, y los que quisieron pudieron comprar algunos frascos.
Como decía al principio, esta actividad que yo hice en Mel Muria, un centro de interpretación apícola y fábrica de miel situado en El Perelló, Tarragona, se puede hacer en muchas otras zonas como en el País Vasco, Asturias, Cádiz, La Alcarria (Guadalajara) y en prácticamente toda nuestra geografía.
Si os interesa descubrir la apicultura y aprender más de esta interesante práctica y vivir una emocionante aventura junto a los panales de rica miel, no tenéis más que investigar un poco y vivir la experiencia en primera persona. Ser apicultor por un día no os defraudará.
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