Qué ver y qué hacer en Madeira, la isla paradisíaca portuguesa perfecta para ir a la playa y descansar
Sabemos que la elección del destino vacacional este año está difícil, pero en nuestro afán de dar ideas quizás podríais pensar en Madeira, la isla portuguesa perfecta para ir a la playa y descansar. Sus 57 kilómetros de largo y 22 de ancho son espacio suficiente para disfrutar de unas vacaciones tranquilas y seguras.
Así es la isla de Madeira, un destino sin agobios y con un ambiente ideal para mantener la distancia social con garantías y disfrutar de los encantos que ofrecen la naturaleza y el mar.
Pico Ruivo, la cumbre más alta de la isla
Pico Ruivo es la cúspide más elevada de la isla, a la que se puede llegar a través de un sendero en una hora y media, si se elige la ruta más corta, o de cuatro horas, si se opta por el más largo. A sus 1861 metros de altitud, Pico Ruivo es el punto más elevado de Madeira y ofrece vistas espectaculares a diversas poblaciones de la isla.
El camino más corto se hace a través de una vereda de 2,8 kilómetros perfectamente delimitada y repleta de escalones y aunque no se considera una ruta fácil, especialmente por su altura, puede hacerse con un mínimo de preparación física. Los que alcanzan la cima tienen como recompensa disfrutar de unas formaciones rocosas espectaculares y grandes hectáreas de bosques frondosos con el añadido de hacerlo casi en solitario.
Playas paradisíacas escondidas de las miradas
Uno de los muchos apodos de Madeira es “la perla del Atlántico” y el gran motivo es la magnificencia de sus playas y calas. Algunas de ellas todavía son unas desconocidas por el gran público y esto las convierte en un enclave todavía más especial que se puede disfrutar con una tranquilidad absoluta. Es el caso de la playa de Garajau, a la que se puede llegar en teleférico – con reserva y pago previos – hecho que hace que se reduzcan mucho las aglomeraciones. Además, forma parte de la Reserva Natural Parcial de Garajau, con lo que allí se puede disfrutar de las aguas del Atlántico estando rodeado, desde las alturas, por una gran extensión de vegetación. Tiene aguas calmas y cristalinas, que son muy solicitadas por los amantes del buceo.
Otro caso muy particular es también el de la playa de Ribeira Natal, aún poco popular a pesar de su gran belleza. Además, otra de sus grandes atractivos es su amplitud, una característica muy cotizada en este atípico verano. Desde allí, se puede llegar caminando a las playas de Caniçal, un pequeño pueblo pesquero a 30 kilómetros de la capital, para conocer una parte de la isla aún más auténtica.
Perfecta también si te van los deportes y la aventura
El deporte activo es prácticamente una religión en el archipiélago portugués. Los amantes del surf, el buceo o la escalada encuentran allí un auténtico paraíso.
Los fanáticos del surf tienen una visita imprescindible en la playa da Enseada, donde se han celebrado competiciones de prestigio como el Red Bull Big Wave Challenge en 2000 o el Campeonato Mundial de Surf en febrero de 2001. Para quien prefiera sumergirse en el mar en vez de bailar entre olas, la playa de Garajau es la más solicitada para los buceadores, ya que sus aguas cristalinas permiten disfrutar mucho más de la diversidad marina.
Para los turistas aventureros que anteponen la tierra firme a las aguas del mar, la escalada es el otro gran deporte que se puede practicar en la isla, gracias a la solidez de la roca basáltica presente en los espectaculares acantilados que se encuentran en varios puntos del archipiélago.
Como remate, es interesante comentar que el archipiélago anunció en su momento que cubrirá todos gastos a los turistas que se contagien de Covid-19, de igual manera que lo dijo también el Gobierno de Canarias. Seguridad, descanso y aventura, no suena mal ir a pasar unos días a Madeira.
Vía e Imágenes | Visit Madeira - Zdenek Svoboda