Exprimimos los últimos días que ya le quedan al año 2014. En breve empieza una nueva etapa en la que probablemente nos fijaremos nuevos objetivos, cambiaremos algunos hábitos e incluso nos decidiremos, por fin, a hacer aquello que siempre habíamos pospuesto. Ello incluirá, porque todos vosotros sois grandes viajeros, nuevas metas geográficas, o quizá viajar de otra manera más slow, o tal vez leer un poco más acerca de esos lugares que visitamos para sacarles todo el brillo que merecen.
Pero con la llegada de un año nuevo es inevitable echarle un vistazo al año ya pasado, recopilar lo que hemos vivido acaso para tener constancia de cómo hemos evolucionado, para no cometer los mismos errores, para seguir haciendo lo que nos ha hecho más felices. Por ello, tras echar un vistazo a todas las fotos que he tirado este año, lo que me ha llevado a recordar todos los sitios que he visitado, he escogido los 5 que más me gustó descubrir, los 5 a los que volvería en 2015 con los ojos cerrados (bueno, o muy abiertos, en realidad). Son los siguientes:
1. Desayuno animal en Berlín
Nunca me olvidaré de mi mejor desayuno del año en la décima planta del hotel 25h berlin bikini, el hotel más hipster que haya podido imaginar. La variedad de viandas en el desayuno era inabarcable. Y la exquisitez, inenarrable: miel surgiendo de panales, zumo de naranja natural, una máquina de nespresso gigante y moderna que permitía muchísimos tipos de cafés, salmón fresco...
Y todo eso en un lugar que me recordaba a los jardines colgantes de Babilonia, rodeado de cristaleras, y con unas vistas estupendas de la ciudad y, sobre todo, del Zoológico de Berlín. Así que el desayuno fue animal en, al menos, dos sentidos. Las vistas del zoo aún eran más bonitas desde la cama de la habitación:
2. El osario de Sedlec en República Checa
Como os expliqué en 20 cosas kafkianas y surrealistas que vi en Praga, a princpios de 2013 tuve la oportunidad de pasar unos días en Praga. Pero el día más especial fue el que nos escapamos de la ciudad para viajar a Kutna Hora, a 70 kilómetros de distancia de la capital.
Allí se alza el osario de Sedlec (kostnice Sedlec, en checo) es una pequeña capilla cristiana situada bajo la iglesia del Cementerio de Todos los Santos. Lo que me encontré fueron 40.000 esqueletos humanos situados artísticamente para formar la decoración y el mobiliario de la capilla, como la espeluznante lámpara de araña de la foto, que contiene al menos una unidad de cada hueso que forma el cuerpo humano. Podéis leer más sobre este original lugar aquí.
3. Lago Gaube en Francia
En mi segunda visita a los Altos Pirineos franceses (sobre la primera, podéis aquí), tuve la oportunidad de visitar uno de los lagos más bonitos que he visto en mi vida: el Gaube.
La ruta empezó en Pont d´Espagne. Un itinerario de 5,2 km de longitud (ida y vuelta) hasta el lugar idílico de la foto, uno de los lugares más populares del Parque Nacional de los Pirineos.
4. Cicloturismo por Amberes
Uno de los momentos que mejor recuerdo de mi reciente viaje por Flandes es la ruta ciclorutística en la que participé por cortesía de Cyclant Bike Tours in Antwerp por la ciudad de Amberes. Sobre todo el momento en que cruzamos el río Escalda, pero de una forma diferente: atravesando un kilométrico túnel a 30 metros de profundidad que cruza el río por debajo de su lecho: el Sint Anna, que fue construido en 1933. Podéis ver el vídeo de cómo lo hicimos aquí arriba.
Además, una vez cruzamos al otro lado del río, llegamos Linkeroever, la zona residencial que se formó a partir del 1900, ante el crecimiento desaforado de la ciudad. Desde aquí se tiene una panorámica espectacular del skyline de Amberes. Tomé una foto de aquel instante, que podéis ver aquí abajo, y la foto se llevó el Segundo Premio a la mejor fotografía en el XI Concurso de Comunicación de Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas, dotado con 500 €.
5. Imitando a Woody en Nueva York
Me cuesta seleccionar un único instante de todos los días que pasé en la Gran Manzana, pero si he de quedarme solo con uno muy representativo, lo plasma la siguiente foto: mi intento de imitación de Woody Allen en la mítica escena de la película Manhattan frente al puente de Queensboro (difícil, porque el banco en el que ellos se sientan se puso ex profeso para el rodaje). Allen le dice a Keaton: “esta es una gran ciudad. No me importa lo que opinen los demás, es tan extraordinaria…”. Pues eso.
Fotos | Sergio Parra