Una de las islas más impresionantes que he conocido en mi vida es la Isla de Lewis, una de las islas más septentrionales de Europa. ¿Por qué me gustó tanto? Pues aquí van 11 razones por las que te encantará conocer la Isla de Lewis en Escocia.
Escocia es un territorio increíble. Su cultura de origen celta, sus magníficos paisajes, sus tradiciones, su whisky, etc., atraen miles de turistas cada año. Los lugares que mejor representan Escocia, especialmente la Escocia de las Tierras Altas, son las islas del Norte. Y una de las mejores es sin duda la Isla de Lewis.
La Isla de Lewis forma parte de las Islas Hébridas Externas de Escocia. Sólo las Islas de Shetland y las Islas Orcadas están más al Norte que Lewis. Para llegar a la isla de Lewis, tenéis que coger un ferry desde el puerto de Ullapool, o bien coger un avión. ¿Merece la pena? Estas son mis once razones:
1. La belleza de la ciudad de Stornoway.
Es la ciudad a la que llegará el ferry desde Ullapool. Perderse por sus calles estrechas es una muy buena opción si tenéis un par de horas. Mientras paseáis y vais descubriendo a sus gentes, localizaréis dónde tomar los autobuses que os llevan a todos los puntos de la isla.
2. El precioso Castillo de Lews:
Muy cerca de la ciudad, al oeste de Stornoway, podemos encontrar el Castillo de Lews que es muy bonito y mágico. Parece medieval pero se hizo en el siglo XIX por Sir James Matheson. Tiene una historia oscura, ya que el dinero destinado para su construcción provino del comercio con el opio chino.
3. El Bosque de Stornoway
Dando un pequeño paseo desde el Castillo de Lews entramos en un pequeño bosque de robles, castaños y pinos. Tiene mucho encanto, y es perfecto para dar un buen paseo. Si dejáis volar vuestra imaginación os parecerá ver druidas buscando hierbas mágicas para sus pociones.
4. Los duros paisajes de Escocia
Vamos a lo importante. Si yo fuera vosotros cogería el autobús que da la vuelta a la parte más septentrional de la isla. La siguiente razón es el impresionante paisaje que veréis desde el autobús o en el coche. En ese clima con tanta lluvia y viento y sin mucho sol, no crecen árboles.
Es un paisaje lleno de lagos y colinas, con colores desde el morado al verde fosforito, sobre todo si vais en épocas como la primavera o el otoño. El clima es un poco duro, lo que hace que apenas haya habitantes por la región. Es un paisaje muy bello, pero también solitario. Incluso en días nublados, la belleza de la tierra os sobrecogerá.
5. El Círculo de Piedras de Callanish
La primera parada en una visita a la zona debería ser el Círculo de Piedras Prehistóricas de Callanish. Esta es la razón más importante de visitar Lewis. Los escoceses dicen que Callanish es mejor que Stone Henge, y si no es cierto, Callanish está a ese mismo nivel. La imagen de los círculos de piedras es la que preside este post.
Se trata de un par de círculos concéntricos con dos filas de menhires a los lados, apuntando hacia el este y el oeste. No se sabe muy bien la razón por la cual los primeros habitantes de la isla colocaron los menhires en ese lugar y con esa disposición geométrica.
Las teorías más aceptadas sobre el Círculo de Callanish dicen que era un lugar para enterrar a sus muertos (se han encontrado restos humanos), pero también podía utilizarse para estudios sobre astronomía o bien como homenaje al amanecer y al anochecer (por las líneas dirigidas hacia el este y el oeste).
6. Las Casas Negras de Garenin.
Segunda parada desde el autobús. Son casas hechas de adobe realizadas en el siglo XIX y que estaban habitadas hasta hace sólo 40 años por los locales de la isla. Hay un Museo en el que explican la forma en la que aprovechaban el suelo para formar casas negras impermeables a la lluvia y acogedoras.
7. El Hostal de las Casas Negras.
Hay un pequeño hostal en una de las casas negras. Tranquilos, la casa está restaurada, hay calefacción, duchas, cocina, etc. Podéis pasar la noche calentitos en un lugar muy especial donde ya lo hacían los escoceses hace 100 años. No se os olvidará.
8. Las auroras boreales
Si pasáis la noche en Casas Negras, esa noche podríais intentar ver la aurora boreal. La Isla de Lewis está suficientemente al Norte como para intentarlo (si el cielo no está cubierto). Tenéis opciones de verla si vais desde finales de septiembre a principios de marzo.
9. Un Whisky en el Museo restaurante y un jersey de lana
Antes de iros de las Casas Negras podríais beberos un whisky con los habitantes locales en el Museo-Restaurante. Allí os enseñarán algunas de sus tradiciones y sus oficios. El que más me llamó la atención fue la forma en la que tejían para hacer jerseys o bufandas. Pueden necesitar una semana para tejer una prenda. Eso sí, las prendas son de muy buena calidad, y podéis estar seguros de que con un jersey de la Isla de Lewis no pasaréis frío.
10. Dun Carloway
Otra parada interesante es Dun Carloway. Allí podréis encontrar un Broch muy bien conservado. Un Broch es una torre de piedra seca (hecha sin utilizar ningún tipo de cemento) de la Edad de Hierro escocesa (alrededor del 500 a.C.). No se sabe muy bien su utilidad, pero probablemente sirviese para proteger a la población en caso de conflicto.
11. La Playa de Tolsta
Aunque hay más razones para visitar Lewis, la última razón que os voy a dar para que conozcáis Lewis es la Playa de Tolsta. Se encuentra en la parte más al norte de la isla donde podéis sentiros como auténticos pioneros. No hay ningún sitio mejor para respirar el aire del Norte que esta playa hermosa y larga. El paseo que la recorre termina en el misterioso “Bridge to Nowhere”, que nadie sabe muy bien qué hace allí.
Espero que con estas 11 razones, tengáis motivos suficientes para conocer la Isla de Lewis en un próximo viaje que hagáis a Escocia. Si decidís visitarla no os decepcionará. Tendréis naturaleza, historia, cultura, y misterio escondidos en cada uno de sus rincones.
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