En 1783 se plantó el que se considera actualmente el alcornoque más grande del mundo. Concretamente, crece en Águas de Moura, en Portugal.
Este ejemplar de alcornoque fue declarado árbol europeo del año en 2018, organizado por la Environmental Partnership Association (EPA), y en sus árboles podemos encontrar a menudo infinidad de aves canoras.
El Silbador
Águas de Moura es un pequeño pueblo en el municipio de Palmela del distrito de Setúbal, en el este de Portugal. El pueblo se encuentra cerca del río Sado.
El corcho se forma en la corteza de los alcornoques y se extrae cada nueve años aproximadamente. El llamado "el Silbador" produjo 825 kg de corcho crudo en el año 2009, lo suficiente como fabricar 100.000 tapones de botellas de vino.
Este árbol ha sido descorchado más de veinte veces para contribuir a la industria del corcho, un sector del que el país luso es el primer productor mundial, con el 32 % de los alcornoques que existen.