La hasta ahora isla privada del actor Marlon Brando se ha convertido en uno de los refugios más exclusivos de la Polinesia francesa. Rodeada por espectaculares aguas de color azul turquesa, la isla de Tetiaroa a menos de 55 km al norte de Tahití se convirtió en el santa santorum personal del actor cuando la descubrió mientras estaba rodando la película “Rebelión a bordo”.
Tetiaroa era una tierra sagrada para las poblaciones locales. En la isla crearon un santuario o tapu donde los Dioses acudían para visitar sus marae (templos). También era un lugar de refugio para los grandes jefes tahitianos.
Cuando los jóvenes jefes ma’ohi se entrenaban practicando para la guerra, las arri vahine o princesas se relajaban a la sombra de los cocoteros. Se podría decir que Tetiaroa era el jardín secreto de los grandes jefes tahitianos. Cuando el capitán James Cook llegó a esta isla en el año 1769, su misión era hacerse con plantas del árbol del pan para llevarlas a las colonias británicas.
El nuevo resort ofrece 35 villas diseminadas en medio de una naturaleza virgen, diseñadas para reflejar el estilo de vida y la cultura de la Polinesia, en playas de arena blanca donde viven tortugas, aves exóticas y peces manta. Un lugar de una belleza difícil de describir, pero que cautivó de por vida al actor, que ya no quiso salir nunca de esta isla.
Este resort al que han bautizado con el nombre de The Brando está fuertemente comprometido con la preservación y protección de las belleza natural de la isla Tetiaroa.
La barrera de coral que rodea Tetiaroa y sus espectaculares macizos coralinos en el interior y exterior del lago crean las condiciones ideales para que la vida marina prospere. 167 especies de peces han sido catalogados en este atolón. Las ballenas suelen también hacer un alto en la isla cuando realizan su migración anual, y los delfines se divierten nadando por la zona. Durante la temporada de desove, grandes tortugas marinas acuden a excavar sus nidos en la arena coralina, bajo los árboles.
El resort ofrece una gran variedad de actividades de ocio y restaurantes que pasan desde practicar el snorkeling a pasear por sus jardines zen o cenar en el restaurante Les Mutinés dirigido por el chef de dos estrellas Michelin Guy Martin de Le Grand Véfour en Paris.
Un auténtico paraíso en la tierra. No nos extraña que Marlon Brando no quisiera salir nunca de él.
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