Te damos 15 razones para visitar Nueva Zelanda
Entre muchos lugares que siempre están entre los deseados para el próximo viaje está Nueva Zelanda. Ese país en la otra punta del planeta, al que llegas después de chorrocientas horas de vuelo y con la sensación de no saber ni en qué día estás ni qué va a ser de tí. Quitando ese pequeño detalle, hay que ir y por si necesitas que ten convenzan te damos 15 razones para visitarla.
Y con 15 nos vamos a quedar cortos, porque va más allá. Un país de contrastes, altamente implicado con sus orígenes y tradiciones, ligado a una naturaleza fascinante y en el que en apenas unos pasos pasarás del verano absoluto a caminar sobre un glaciar. Sí, empezad a meter dinero en la hucha para ir ya.
1. Napier y su Art-Decó
Esta ciudad portuaria situada en la isla norte es toda una delicia para los ojos de todo aquel que se sienta fascinado por el Art-Decó. Una vez que pongáis un pie en Napier tendréis la sensación de estar en una película con Gatsby y querréis vestiros acorde a la situación. Quién lo iba a decir.
2. Visitar Taumata Hill
Taumata Hill está situada en la isla norte. Tampoco es que sea el lugar más bonito de por allí, y para llegar a su cumbre tendrás que emplear entre 3 y 4 horas, que puede que sea el mismo tiempo que te llevará aprender su nombre en maorí: Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu. Sí, con 85 letras está en el Libro Guinness y su significado os puede gustar más aún: La cima donde Tamatea, el hombre de grandes rodillas, el escalador de montañas, el devorador de tierra, el viajero incansable, tocó su flauta a un ser querido. Por supuesto la foto del cartel tendrá que ir en modo panorámico.
3. Auckland
Seguimos en la isla norte y nos vamos al bullicio de la gran ciudad, a Auckland, con sus rascacielos, sus luces de colores y su oferta gastronómica. Teniendo en cuenta que Nueva Zelanda llama más por su naturaleza unos días aquí son el contraste perfecto.
4. El géiser que erupciona cada mañana y las aguas de colores de Waiotapu
Sigamos con la naturaleza neozelandesa y empecemos a explorar las zonas geotermales. A ver me explico mejor: Waiotapu es un parque volcánico con una extensión de ocho kilómetros en la que predominan cráteres colapsados, piscinas de agua y lodo y fumadoras... y el Géiser Lady Knox, que es como un reloj suizo y cada mañana erupciona sin falta.
Y si el géiser es todo un espectáculo no lo van a ser menos las aguas acumuladas en los diferentes cráteres que te vas encontrando. Un paisaje salido de una película de otro mundo.
5. Sus volcanes marinos
También tenemos volcanes activos como en White Island, a donde podrás llegar en barco o también sobrevolarlo con un helicóptero. Puedes entrar en la isla y acercarte a los cráteres humeantes. Desde luego la fascinación por lo que hay en el fondo de la tierra es mayor una vez que lo ves de cerca.
6. Playas sin fin
Puestas de sol y playas infinitas y solitarias donde sólo tumbarse a oír el mar o lanzarse a hacer surf. Aguas azules y arenas suaves y sobre todo nada masificadas, algunas de accesos difíciles.
7. Y el Glaciar Franz Joseph
Y el contraste es pasar de una playa infinita de la isla norte a encontrarse un auténtico glaciar de más de 12 km en la isla sur. El Franz Joseph Glacier merece una visita bien abrigado para subir, resbalar, entrar en alguno de sus túneles y alucinar por colores en el espectáculo. También hay tours aéreos para verlo en su esplendor.
8. Ver el árbol más antiguo del mundo
Cuando decimos que es el árbol más antiguo del mundo no es que vayamos de farol, no porque ese que veis ahí en el medio es el Te Matua Ngahere y se calcula que tiene aproximadamente entre 2000 y 4000 años, que ya son muchos. No es especialmente alto, pero sí con un tronco muy ancho. Lo podéis ir a venerar a la reserva forestal de Waipoua Forest. Toda una maravilla de la naturaleza.
9. Intentar ver un Kakapo
Y me diréis ¿qué bicho es ese? pues es un kakapo que es el loro más grande del mundo y además de los más longevos. No vuela y tiene así más o menos el tamaño de una gallina, pero en verde, claro. La introducción de perros y gatos están terminando con los pobres y cada vez hay menos.
10. Hacer senderismo por Milford Track
Me vais a decir que estoy un poco loca por eso de cruzar el mundo entero para ir a hacer senderismo, pero eso es lo que es Nueva Zelanda, naturaleza bruta que os dejará maravillados y no hay mejor camino que agarrar las botas y la mochila y cansarse por Milford Track, cruzando arroyos, puentes colgantes, valles e incluso la catarata más grande del país.
11. Perderte en la Tierra Media
Esto es por supuesto para fans del universo JRR Martin, así que nada mejor que darse un paseo por Hobbiton y plantarse delante de la casa de Sam Sagaz. Te sentirás como un auténtico Hobbit, aunque un poco más alto.
12. La cultura Maorí
E ir a Nueva Zelanda y no adentrarse en la cultura Maorí sería un pecado. Orgullosos de sus orígenes, de su artesanía, de su cultura podrás maravillarte con los dioses tallados, con los tatuajes y con sus leyendas. Representan el 14% de la población del país y el idioma y tradiciones son parte integrante de la vida de todos.
13. La Haka
Dejamos de último el disfrutar de una Haka, la danza de guerra maorí y que tanto han popularizado los jugadores del rugby del país. Es todo un espectáculo verlos y una de esas veces que han puesto a todo el mundo los pueblos de punta fue en el entierro de Jonah Lomu. Lo mismo hasta os podéis atrever a intentar aprenderla.
Imágenes | Islas para naufragar, Brian Lamb, Steve, Louise Palanker, Jim Trodel, Wehunts, Bernard Spragg NZ, gRm NiouZ, iTravelNZ, Dpt. of Conservation, Brentdaily, David Schmitz, Robert Linsdell
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