Poco a poco los misterios que hay dentro de los palacios antiguos se van abriendo a los ojos de aquellos que los miran desde el interior preguntándose qué secretos esconden. El último de esos edificios emblemáticos que abre sus puertas es el Palacio de Monterrey, que ya se puede visitar en Salamanca.
El palacio de Monterrey de Salamanca, ejemplo por excelencia de arquitectura plateresca,se une desde ya a las otras propiedades que la Casa de Alba abre al público. Como los anteriores tiene la peculiaridad de que está habitado por la familia del duque y que siempre se pueden atisbar objetos personales en la visita.
El maravilloso edificio renancentista, declarado Monumento Histórico Nacional en 1929, abre sus puertas con visitas guiadas de máximo 25 personas que serán gestionadas por la oficina de turismo de Salamanca. En el interior están los dos únicos paisajes que pintó José de Ribera, el lienzo del Gran Duque de Alba de Sanchez Coello y ver el contraste que representan con las fotografías familiares del duque con su familia. Porcelana y azulejos de Talavera de la Reina, reposteros con escudos heráldicos, bustos familiares, mobiliario de taracea, muebles barrocos mezclado con piezas italianas y artesonados mudéjares, todo ello conviviendo con objetos que señalan que es un palacio habitado en la actualidad.
El recorrido de visita empieza en el hall, para llegar utilizando la escalera principal (donde nos quedamos maravillados con los tapices del siglo XVII) al vestíbulo de la primera planta. Entre las más de doce estancias y salones que se pueden visitar están el comedor principal, con su artesonado mudéjar y dedicado al Gran Duque de Alba, el recibidor, el Salón Imperio, el llamado Dormitorio del Rey, o uno de los baños con una grifería muy original y unos azulejos dignos de admirar.
Las entradas se pueden conseguir en la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Salamanca, con hasta 15 días de antelación y tienen un precio general de 5€. Si duda es una excepcional ocasión para admirar uno de los edificios platerescos más significativos de España, con sus cresterías, caladas y caprichosas, auténticas filigranas hechas en piedra y que dan una sensación de ingravidez y elegancia como en pocos lugares.
Imágenes | Casa de Alba
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