Cada vez son más las ciudades que deciden poner limitaciones a Airbnb: Nueva York, Florencia, Barcelona, París, Amsterdam, Londres, Madrid… Los motivos son intentar mejorar el acceso a la vivienda, aunque hasta ahora no teníamos ninguna evidencia de que estas medidas tuvieran alguna repercusión en ese aspecto.
En Barcelona, por ejemplo, Airbnb ha retirado 7.000 apartamentos turísticos, en los últimos 5 años, y los pisos de alquiler están más caros que nunca, solo un 10% cuestan menos de 1.100 euros al mes.
Por otra parte, Nathan Blecharczyk, cofundador de Airbnb, advierte que en Nueva York la regulación ha traído subidas de precio de los hoteles y ningún cambio en el mercado inmobiliario. Aunque, considerando que empezó a aplicarse en septiembre, todavía es pronto para valorar sus efectos.
En cambio en Irvine, California, tienen prohibidos los alquileres a corto plazo desde 2018 y ya han notado los primeros beneficios en el alquiler a largo plazo. Veamos los datos.
Viviendas en alquiler un 3 % más baratas
Irvine es una ciudad de 300.000 habitantes en la que, al parecer, se vivía muy tranquilo, hasta que empezaron a proliferar los apartamentos vacacionales. Por este motivo, en 2018 decidieron vetar el alquiler de corta estancia, una medida que todavía mantienen y ha tenido repercusiones.
Según un estudio publicado en Real Estate Economics, dos años después de que esta prohibición entrara en vigor, se produjo una reducción significativa de la oferta de Airbnb, y los alquileres a largo plazo rebajaron su precio en un 3 %, lo que ha supuesto una disminución del 114 $ al mes de promedio.
La conclusión a la que llegan es que esta rebaja probablemente fue impulsada por la reasignación de la oferta de pisos turísticos como alquileres de mayor duración.
¿Por qué en otras ciudades no ha pasado lo mismo?
A pesar de que la correlación no implica causalidad, en el caso de Irvine parece bastante clara la relación entre la prohibición de los alquileres turísticos y las mejoras en el precio de la vivienda. Sin embargo, ¿por qué no está pasando lo mismo en otras ciudades?
Lamentablemente, que el acceso a un piso de alquiler a largo plazo sea cada día más difícil no depende de un solo factor. Influyen muchos otros como la inseguridad jurídica, el alquiler por habitaciones, la compra de casas por parte de extranjeros, el crecimiento poblacional en las grandes ciudades o la escasa construcción de vivienda protegida.
Además, la ocurrido en esta ciudad de California tuvo otra particularidad muy importante: implementaron medidas efectivas para asegurarse de que la prohibición se cumpliera activamente. De poco sirve establecer leyes, si luego no se puede garantizar que se respeten.
Mientras, Airbnb, que ya hace tiempo que le ve las orejas al lobo, está intentando volver a sus orígenes, en los que se parecía mucho más a un bed & breakfast, y también planea un cambio en su modelo de negocio hacia el alquiler de vivienda a largo plazo y de automóviles.
Falta por comprobar, qué pasará con todos esos pequeños propietarios que se sacaban un extra o incluso habían hecho del turismo su medio de vida. Hay quien ve la solución en el coliving, que viene a ser el alquiler de pisos compartidos de siempre, con intermediarios que se encargan de mejorar la gestión. Pero, ¿no provocará el mismo efecto, o peor, en el arrendamiento a largo plazo, que los apartamentos turísticos?
Albert Einstein decía que si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo; sin embargo, con el problema de la vivienda, da la sensación de que cada cosa nueva que se hace le añade otro grado de complejidad. Excepto en Irvine, allí por lo menos tienen una certeza. Un poco de esperanza sí que da.
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