Muchas ciudades tienen una historia de amor-odio con el turismo. Por un lado lo necesitan para sobrevivir y por otro lado se ven abrumados por un turismo cada vez más invasivo. La alcaldesa de Roma acaba de anunciar que estudia organizar unos recorridos obligatorios para los turistas para así conseguir que no se detengan delante de la Fontana di Trevi.
Con esta medida, el ayuntamiento pretenden evitar que los turistas se bañen en la fuente, refresquen sus pies en el agua o coman cerca de la fuente. La alcaldesa ha organizado turnos más intensos con policías para que los turistas no cometan este tipo de acciones. Además, pretende instaurar un recorrido obligatorio que prohíbe a los turistas detenerse delante de la fuente.
El ministro de Bienes Culturales, desde hace meses, viene requiriendo a la alcaldesa la necesidad de poner "un límite al flujo de turistas". La Fontana Di Trevi se restauró hace apenas unos dos años. Preservar su integridad es uno de los trabajos del ayuntamiento.
La fuente no se puede cerrar ya que es un museo abierto al público y al aire libre, pero sí que se pueden crear unos pasillos o recorridos (como en los museos) para regular el flujo de turistas que cada día visitan la Fontana di Trevi. Otra de las medidas que quiere poner en marcha el ayuntamiento es la eliminación de los puestos que vende bebidas y comida en la plaza, así como los puestos que venden recuerdos de la ciudad.
Algunos turistas (no muchos) se piensan que son a Anita Ekberg en película La Dolce Vita, y la realidad es que no es así. Los monumentos históricos se deben conservar en perfecto estado gracias a la ayuda y al interés de todo el mundo. ¿Qué os parecen estas medidas?
Fotos | Josep Enric, Giorgio Galeotti
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