Paradores apuesta por un pueblo de ensueño pero desconocido: su nuevo hotel con vistas al icónico castillo abre sus puertas

Paradores apuesta por un pueblo de ensueño pero desconocido: su nuevo hotel con vistas al icónico castillo abre sus puertas
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El turismo slow está en auge. Más allá de las bulliciosas urbes, de playas abarrotadas o de pueblos llenos de turistas, algunas personas prefieren rincones que conservan su autenticidad, refugios en donde desconectar, descansar y disfrutar de una verdadera escapada reparadora.

Y España puede presumir de pueblos y ciudades perfectos para lograr este cometido. Sitios que te transportan a épocas pasadas, donde la historia y la tranquilidad se entrelazan en entornos realmente maravillosos en donde puedes saborear de verdad el placer de no hacer nada.

Uno de esos lugares es Molina de Aragón, un bello municipio en la provincia de Guadalajara que, a pesar de su rica herencia, sigue siendo un tesoro oculto para muchos viajeros y donde está a punto de inaugurarse un nuevo Parador.

Un paseo por la historia: monumentos que no te puedes perder

Castillo Molinacastillo

Al llegar a Molina de Aragón, lo primero que sorprende es el imponente Castillo de Molina de los Caballeros. Este colosal bastión, uno de los más grandes de España, se alza sobre una colina y domina la vista del pueblo. Construido entre los siglos X y XIV, el castillo cuenta con una doble muralla que aún hoy impresiona por su magnitud.

Otro lugar emblemático es la Torre de Aragón, un vestigio de la época musulmana que ha resistido el paso del tiempo. Esta torre defensiva, con su característico color rojizo, es una de las mejor conservadas de la región y ofrece vistas panorámicas del valle del Gallo. Visitarla al atardecer, cuando el sol tiñe de dorado el paisaje y crea un ambiente mágico es una de las estampas más bonitas que te puede regalar este lugar.

El Puente Romano es otro de los testigos de su rica historia. Aunque ha sufrido varias reconstrucciones a lo largo de los siglos, sigue siendo un lugar icónico que conecta la ciudad y que invita no solo a cruzarlo sino a pasear a su lado para escuchar el murmullo del río Gallo.

El Prao de los Judíos, es otra visita obligada. Se trata de un yacimiento visitable de unos 1.700 mts2 que se ubica en la cota más alta del actual núcleo urbano del pueblo y que muestra una amplia secuencia de ocupación que abarca desde la época Califal hasta los siglos XVI-XVII. Aunque es fácil imaginar las construcciones a las que pertenecieron estos vestigios, está suficientemente señalado con cartelería donde se explican las partes del mismo.

Por último, recorrer el caso histórico de Molina es uno de los mejores planes para hacer allí. Sus calles adoquinadas, flanqueadas por antiguas casas señoriales y monumentos históricos, invitan a descubrir su rica herencia medieval.

Molina de Aragón: un ambiente tranquilo que invita al descanso

Molina

Molina de Aragón no solo es rica en patrimonio, sino también en tradiciones y ambiente acogedor. Este municipio tiene un aire de serenidad que invita al descanso, al disfrute de los pequeños placeres y a la inmersión en la vida local. En sus calles adoquinadas, el tiempo parece haberse detenido.

Por eso uno de los aspectos que más suele valorar quien lo visita es su autenticidad. Aquí no se oye el bullicio de los grandes destinos turísticos, sino la calma de un pueblo que ha sabido preservar su esencia. Además suele registrar algunas de las temperaturas más frías del país, así que las noches frescas son un reclamo que triunfa en verano.

Parador Molina De Aragon Exteriores
Imagen | Paradores

Aunque Molina de Aragón tiene todo para triunfar como destino turístico, el proyecto del nuevo Parador surgió como respuesta a la devastación causada por el incendio que arrasó 13.000 hectáreas en julio de 2005, con la intención de honrar a las víctimas y revitalizar la región afectada. Hoy en día, se alza como un emblema de resiliencia y renacimiento para la comunidad.

Este espectacular edificio de diseño vanguardista que auna historia y  modernidad, se caracteriza por los enormes ventanales que permiten disfrutar de la belleza del paisaje circundante. Sus 7.500 metros cuadrados albergan 24 elegantes habitaciones entre ellas dos suites de lujo, todas con impresionantes vistas al majestuoso castillo, además de un restaurante, cafetería, spa, aparcamiento y espacios para eventos con capacidad para 300 a 500 personas. Un oasis de lujo y descanso en el que por cierto, ya se admiten reservas.

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