Aunque esta historia parece un capítulo de una serie random, ocurrió en uno de los destinos turísticos más populares del mundo. La protagonista, lejos de ser víctima del desconocimiento, desafió (quizá a la suerte o directamente a las autoridades), al intentar introducir un arma, además demasiado llamativa.
El caso de Liliana Goodman nos ha recordado la importancia de conocer las leyes que regulan los objetos y materiales permitidos al ingresar a otro país, así como los permisos necesarios para transportar ciertos tipos de equipaje. Esta ciudadana estadounidense de 30 años viajaba a Australia con un propósito peculiar: asistir a una escuela de clown. Sin embargo, su aventura terminó abruptamente cuando fue condenada a prisión tras encontrarse en su equipaje una pistola bañada en oro de 24 quilates.
Goodson admitió haber llevado el arma "para su protección personal" y se declaró culpable de los cargos de importación ilegal de un arma de fuego no autorizada e importación ilegal de municiones. Este lunes, el Tribunal Local de Downing Centre, en Sídney, dictó una sentencia de 12 meses de cárcel, de los cuales deberá cumplir cuatro meses de manera efectiva.
Una pistola bañada en oro de 24 quilates: "Ah, sí, me olvidé de eso"
Goodson fue arrestada en abril de 2023 al llegar al aeropuerto de Sídney, cuando los agentes de aduanas descubrieron en su equipaje una pistola bañada en oro de 24 quilates valorada en 3.000 dólares. Según se informó, la mujer había viajado al país con el propósito de inscribirse en una escuela de payasos, pero su llegada se vio interrumpida por el hallazgo del arma. Cuando los oficiales del aeropuerto le preguntaron si llevaba algún objeto prohibido, Goodson inicialmente negó tener algo que declarar. Sin embargo, los agentes insistieron: "¿Y qué pasa con el arma que llevas en el bolso?". A lo que ella respondió: "Ah, sí, me olvidé de eso".
La inspección de su teléfono móvil reveló que había buscado preciamente en Internet si podía llevar un arma en su maleta. Además, había añadido una nota en su calendario que decía: "Poner el arma en la maleta".
A pesar de estas evidencias, afirmó que no tenía intenciones maliciosas. Según declaró, tenía miedo de utilizarla y confiaba en que simplemente la usaría por su efecto disuasorio ante cualquier amenaza.
El tribunal toma una postura firme
La magistrada Susan Horan subrayó la gravedad del incidente, destacando que Australia mantiene una política estricta contra las armas de fuego. "Hay una necesidad de disuadir a otros de cometer delitos similares", señaló al justificar la pena de prisión.
Los fiscales añadieron que el arma, por su diseño y apariencia, tenía un aspecto particularmente amenazante que podría atemorizar a la comunidad. Goodson, por su parte, explicó que planeaba guardar la pistola debajo del asiento del coche mientras estuviera en el país.
El tribunal también fue informado de que la acusada había consumido drogas psicodélicas, cannabis sintético y metanfetaminas en los últimos años, lo que podría haber influido en sus decisiones.
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