Se veía venir. Primero llegaron las restricciones en los equipajes de mano de las compañías low cost, luego se subió al carro alguna aerolínea tradicional y ahora nos llega la noticia de que Air New Zealand va a pesar a todos los viajeros de vuelos internacionales.
Volar se está volviendo cada día más incómodo, frente a las facilidades y precios económicos que ofrecen los trenes de alta velocidad. Pero, como todavía no pueden llevarnos a todas partes, para algunos viajes nos va a tocar ir en avión y lidiar con nuevas medidas rocambolescas. ¿Preparados para subir a la báscula?
Pesar todo lo que suba al avión. Sí, a ti también
Air New Zealand quiere conocer con la mayor exactitud posible la carga efectiva de todo lo que contienen sus aviones en cada vuelo. Esto incluye maletas, artículos personales, comidas y, ahora también, a sus clientes. En la actualidad, las compañías aéreas están utilizando una cifra estimada respecto al peso de los pasajeros, y lo que pretenden de esta forma es ajustarla mejor a la realidad.
El primer grupo de personas en participar en este programa será el que viaje directamente desde Auckland al aeropuerto JFK de Nueva York y lo harán de manera voluntaria.
Pesarse en público no es un acto agradable para la mayoría, pero en la operadora aseguran que no habrá pantallas visibles en ninguna parte, así que ni nosotros ni el personal del aeropuerto veremos los kilos que tenemos en ese momento. El objetivo es sacar un promedio de todos los viajeros, no conocer cuánto pesa cada uno.
En busca de viajes más sostenibles
Las razones para pesar a los pasajeros seguro que te resultan familiares. Son las mismas que dio Finnair para comenzar a cobrar por el equipaje de mano: están intentando reducir la huella de carbono y hacer sus vuelos más sostenibles.
No perdamos de vista que para 2050 tienen que conseguir cero emisiones, así que a nadie le extrañe que cada vez vayan incorporando, además de las subidas de precios, todo tipo de normativas enfocadas en esta línea. Y que la iniciativa de Air New Zealand de controlar el peso de sus pasajeros pronto sea imitada por otras compañías.
Pero, ¿qué relación tienen los kilos de los viajeros con la sostenibilidad? Como precaución, las aerolíneas tienden a sobrestimar el peso total de sus aviones, lo que a menudo resulta en cálculos erróneos.
Por lo general se establece un peso de 88 kg por pasajero, distribuido en 93 kg para hombres y 75 kg para mujeres. Sin embargo, si el piloto confirma que la carga del avión es inferior al peso estimado, podrá rebajar la cantidad de combustible utilizada para ese vuelo.
Nick Brasier, director de operaciones de Fuel Matrix, ya compartió en 2019 con The Independent que las aerolíneas suelen añadir cerca del 1% más de combustible de lo que realmente requieren. Como resultado, terminan consumiendo hasta un 0.5% adicional de carburante al transportar el peso extra.
Un porcentaje que parece mínimo, no obstante, la disminución de costes de este recurso es considerable. Teniendo en cuenta que las aerolíneas desembolsarán cerca de 213.800 millones de euros en combustible este año, el ahorro potencial podría llegar hasta los 1.069 millones de euros.
Aunque seguro que el dinero no les importa mucho (juas), porque lo que están buscando es únicamente ser mejores para el planeta. La verdad es que esto también lo pueden lograr, con una reducción de emisiones de CO2 que será igualmente significativa.
En cualquier caso, habrá que estar atentos a cómo se extiende esta medida en el resto de países y cuál será el siguiente paso. Personalmente, prefiero no imaginarme lo que nos espera, porque me da un poquito de miedo.
Portada | James Coleman - Pexels