Ya hemos hablado en otras oportunidades desde Diario del Viajero sobre las posibilidades que trae el viajar. La experiencia de conocer, aprender, observar.
Para muchos turistas del "primer mundo", cuya aproximación a la pobreza se limita a pasar junto a un homeless en el metro, el viajar a destinos diametralmente opuestos a su realidad cotidiana puede constituir un shock. Pero también, una oportunidad única para tomar conciencia de la miseria en que vive la inmensa mayoría de los habitantes de nuestro planeta.
Leo en el New York Times un artículo que trata sobre el "turismo de la pobreza o poorism donde hace referencia, por ejemplo a las visitas a las favelas brasileras de las que hablamos hace poco aquí. El artículo nos plantea una pregunta que deberíamos hacernos a nosotros mismos. En qué medida, "ir y ver" los barrios de chabolas del connurbano de Mexico DF, o en los arrabales de Mumbai, o en las villas miseria de Buenos Aires es un acto de voyerismo. ¿Se puede "mirar" la miseria, sin más?
Podríamos pensar que estos tours organizados, sólo explotan comercialmente la necesidad de los países desarrollados de dejar en paz sus conciencias. Una forma, digamos, de "apadrinar" o "hacer un donativo" pero aprovechando la oportunidad para viajar a un lugar exótico y, de paso, hincharse de alcohol, compras o sexo.
No estoy hablando aquí de los cada vez más los turistas que eligen usar su tiempo en ayudar participando de programas de turismo solidario. Sino de aquellos pasajeros de países bien alimentados y económicamente fuertes que toman una excursión opcional en Nueva Delhi, Johannesburg o Lima, para "ver la miseria de cerca".
Recomiendo el artículo. Da para pensar.
Diario del Viajero | Visita a las favelas de Brasil, Turismo solidario Más info | New York Times (en inglés), What people eat around the world (fotos), Smithsonian Magazine (on "Poorism") (en inglés) Foto | ABC Australia