Los viajes a destinos exóticos ganan terreno dentro del abanico de opciones de los viajeros actuales. En muchos casos, debido a razones políticas, sus fronteras se han visto virtualmente cerradas al turismo durante décadas, o el acceso a los mismos era restringido y controlado. Hoy en día hasta los países con regímenes menos abiertos, reconocen en el turismo una fuente de ingresos imposible de desaprovechar (y una posibilidad de propaganda, no nos engañemos)
En el 2006, el gobierno nepalés firmó un tratado de paz con los rebeldes después de una década de violencia. La existencia de la guerilla maoista innhibía a muchos en su decisión de conocer Nepal, por lo que el establecimiento de condiciones de paz hizo posible que el turista internacional se acercara con mayor seguridad.
El número de turistas que arrivan a Nepal ha visto un crecimiento muy significativo. Según las estadísticas oficiales del Nepal Tourist Board la cantidad de viajeros llegados durante el mes de enero al único aeropuerto internacional del país en Kathmandu, creció un 12,9 % en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Unos 26.000 turistas llegaron a Nepal en avión en este mes, continuando con la tendencia vigente desde el tratado de paz en noviembre del 2006. Este crecimiento está impulsado mayormente por turistas europeos y de Norteamérica.
El mayor crecimiento se notó en la llegada de turistas franceses, con un incremento del 79 % conrespecto al año anterior. Ingleses, españoles y holandeses les siguen con una suba del 30%.
Con respecto a la demanda asiática, basta decir que ya hay vuelos directos desde Corea del Sur y que este país aporta el 10% de los turistas llegados a Nepal.
Los números indican que, con una llegada total de medio millón de turistas durante el 2007, se ha marcado una cifra récord. Se estima, si la tendencia del mes de enero se continúa, que el 2008 sea aún mejor.
La industria turística de Nepal es su primer productor de divisas, recaudando millones de dólares a la economía del país y dando empleo a cientos de miles de personas. Sin embargo, los largos años de luchas y las tensas relaciones con sus vecinos chinos, hacen temer a los empresarios que la violencia pudiera en algún momento resurjir.
Por otro lado, recordemos que el valle de Kathmandu se encuentra entre los destinos más amenazados del mundo, por lo que esperamos que las autoridades sepan encontrar el delicado equilibrio entre la captación de recursos económicos y la protección de sus bienes naturales y culturales.
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