El cerco al turista, o el afán de recaudar y obtener más retorno económico a la ciudad puede que sean las razones de las tasas que se imponen a los visitantes. Hasta ahora lo que se hacía es gravar los alojamientos y que los turistas tuvieran que abonar un precio por cada noche de hotel que pasaban en la ciudad, pero los visitantes que pasan pocas horas en la ciudad y que provocan masas de gente por momentos son los nuevos destinatarios. Barcelona aprueba una tasa turística para excursiones.
Será exclusivamente municipal y hoy se ha aprobado en la Comisión de Economía y Hacienda y que gravará a los "visitantes de día", de una manera aún por regular pero que desde luego pone en el punto de mirar a los touroperadores, digamos que cobrarle a los autobuses que transportan excursiones y hacen paradas en la Ciudad Condal.
No es nuevo, porque ya se estaba cobrando una tasa a los cruceristas, en función al número de horas que pasaban en la ciudad (diferente cargo si eran más o menos de 12 horas), algo fácil de controlar dado que se sabe en todo momento quién llega y baja de un barco. ¿El problema de la nueva? pues que es difícil de aplicar e incluso deja abierto a que a esas personas que llegan en barco y que ya pagan se les vuelva a cargar por coger una excursión organizada.
Hay discrepancias entre los grupos municipales, con chascarrillos incluso acerca de si se debe cobrar "a todo el que lleve chanclas y pantalón corto" pero desde luego Barcelona está intentando coger el toro por los cuernos en lo que respecta a masificación turística, con el cerco a los pisos de alquileres turísticos, la tasa de pernoctación y esta nueva tasa para excursionistas ¿Conseguirán que baje el volumen de visitas o simplemente la gente lo tendrá como bien invertido y seguirá viajando? Nos gustaría saber vuestra opinión en los comentarios, por supuesto.
Imagen | Rick Ligthelm
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