Las caras de Buendía: un museo al aire libre rodeado de plantas aromáticas
En un ensayo ya clásico del psiquiatra alemán Ernst Jentch, Sobre la psicología, podemos leer que: "En los cuentos, uno de los recursos más seguros para crear fácilmente efectos siniestros consiste en dejar al lector en suspenso con respecto a si se halla en presencia de una persona humana o más bien de un autómata en relación con determinado personaje", explica Ernst Jentch, en Sobre la psicología.
En ese sentido, una cara esculpida en piedra, si exhibe muchos detalles y una gran expresividad, suscita en nosotros una mezcla idéntica de inquietud, temor y admiración. Como este lugar que podemos visitar en España.
Caras españolas
Los visitantes del municipio de Buendía, en Cuenca (España), pueden asistir a las obras de los creadores de la Ruta de las Caras. Un camino que se tarda una hora en cubrir jalonado de rostros esculpidos, amén de otras formas complejas, cincelados en la roca a una altura que oscila entre uno y ocho metros.
Las Caras de Buendía es una visita indicada tanto para niños y mayores de 1 hora de duración y de escasa dificultad, franqueada por obras de arte singular, que se halla próximo al Pantano de Altomira, siendo navegable en determinadas épocas del año y donde se practican todo tipo de deportes acuáticos, vela, motos de agua, lanchas motoras o pesca.
Cerca también encontramos otros parajes emblemáticos en la región, como Las Torcas de Palancares, La Ciudad Encantada, Villar del Humo, Valeria Ciudad romana, Los Callejones de la majadas, Carrascosa del Campo, Ercávica Ciudad Romana, Segóbriga Ciudad Romana, El Parque del Hosquillo, Ruta del Rodeno u Hoz del río Trabaque.
Sin embargo, sin duda el más original de todos estos enclaves son las Caras de Buendía, formado básicamente por un conjunto de pinares y rocas areniscas, rompiendo la frontera entre el museo tradicional y el paisaje singular.
Algunas caras
Muchas son las esculturas frontales, hieráticas, estáticas y alegóricas totalmente integradas en la roca arenisca, típica del Egipto Faraonico, que podemos encontrar en esta Ruta, pero vamos a fijarnos en un pequeño puñado de ellas.
Las connotaciones que desprende el estilo de las caras recuerdan a las culturas precolombinas, pero mezclado con la característica posición frontal de los modelos orientales de países como la India.
Comienza la ruta en la Puerta Nueva, continuando por una pista asfaltada que conduce a la Cespeda. Antes de llegar a ella, no obstante, divisaremos un cartel que reza: "Ruta de las Caras", en dirección hacia un cerro dominado por un depósito de agua. Entonces, tras andar un poco más, apareceremos en paisajes alcarreños formados por olivares y tierras de cultivo, rodeados por las extensas costas del Mar de Castilla. Echemos un vistazo a una de las primeras caras.
Maitreya. El nombre de Maitreya deriva del sánscrito y significa «amistad, compasión, benevolencia». También es un nombre que aparece en la espiritualidad budista para referirse al próximo Buda histórico. Según la literatura sagrada budista, el bodhisattva Maitreya nacerá en la tierra para lograr la completa iluminación de un Buda y enseñar el dharma. Está situado en la "Senda Alta" entre Krishna y Arjuna Su autor es Eulogio Reguillo.
Arjuna. Escultura alegórica que representa a Arjuna héroe y maestro espiritual indio, tercer hijo de los Pandu. Aryuna era un arquero magistral y desempeñó un papel central en la lucha entre los Pándavas y sus adversarios, los hijos de Dhritarashtra; conocidos como los Kauravas. Su autor es Eulogio Reguillo.
Krishna. Basada en una pieza india que representa a Krishna. Tiene unas medidas de cuatro metros de alto por tres de ancho. Los adornos de la cabeza son plumas de pavo real, su vehículo. Según el hinduismo, Krisna es uno de los numerosos avatares (‘encarnaciones’) del dios Visnú.
Espiral del brujo. Su movimiento rompe el tiempo y el espacio para conducirse hasta el infinito. La espiral también es una de las formas más comunes en la naturaleza, junto al ángulo, el círculo o el hexágono. Su autor es Jorge J. Maldonado Diaz.
El Chamán. Guardián del bosque, testigo del entorno, conecta con el ser interior. Su semblante se comporta como un espejo, reflejando el estado de ánimo de quien lo observa. Situado entre los pinos esta escultura destaca por su tamaño. Su talla fue muy laboriosa debido a las numerosas grietas que presentaba la roca y la la dureza de la misma. Sus autores son Eulogio Reguillo y Jorge J. Maldonado Diaz.
Dama del pantano. Con su aspecto sereno, se llama así porque, en los momentos de máxima altura del embalse, llega a tener el agua a sus pies.
Virgen de las caras. La Virgen de las Caras está inspirada en Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de la ciudad de Valencia, Gandia, Ibi y de la Comunidad Valenciana, y por lo tanto una de las patronas de las comunidades autónomas de España. Tallados en el manto están el Sol, representando el aspecto masculino, y la Luna, la parte femenina, obteniendo así un equilibrio. En el centro, la cruz de Malta está inscrita en un cuadrado, simbolizando la cuadratura templaría.
Hay más rostros y figuras, pero es mejor mantener algunas en secreto para que la sorpresa y la admiración en el descubrimiento sean mayores. Fijándonos una vez más cómo las sombras otorgan profundidad y la luz, relieves. Además del placer contemplativo, se añade el odorífero, porque la vegetación del emplazamiento es abundante en diversas plantas aromáticas, tales como el romero, la salvia, el tomillo, la perpetua amarilla y el espliego, así como árboles y arbustos característicos del clima mediterráneo continental.
Mientras andamos, pues, por esta ruta de rostros que producen inquietud y admiración a un tiempo, podremos respirar hondo, llenar los pulmones de naturaleza, mientras a nuestros oídos también llegan los sonidos de la fauna asociada al embalse, como anátidas, grullas, garzas, fochas o el característico aguilucho lagunero.