Si vivís en Madrid, o habéis pasado últimamente algunos días por la capital de España, os habréis dado cuenta de que se ha extendido una moda, en algunos bares y restaurantes del centro, de celebrar por las tardes un aperitivo a la italiana. No nos referimos a esas pequeñas tapas que pueden ponernos con nuestra consumición para abrir el apetitivo antes de comer (que es la definición de aperitivo), sino a algo más elaborado.
En Madrid, está sustituyendo al afterwork como la nueva tendencia a la hora de quedar con los compañeros a tomar algo al salir del trabajo, pero donde el aperitivo tiene que probarse, sí o sí, es en Italia. Allí es bastante más que un plato de canapés con un Aperol Spritz.
Qué es el aperitivo italiano
En España tendemos a asociar el aperitivo con la hora de la comida; en Italia se celebra por la tarde, antes de la cena. O, directamente, para cenar. Es una costumbre más popular, sobre todo, en el norte del país, y sus orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando Antonio Benedetto Carpano inventó en Turín el vermú y, para facilitar la entrada en el mercado de esa nueva bebida alcohólica, puso de moda que se sirviera comida para acompañarlo.
Si vamos al norte de Italia, principalmente, será habitual que encontremos bares y restaurantes con carteles que especifiquen que, a partir de determinada hora de la tarde, hay aperitivo a un precio fijo. ¿Qué quiere decir esto? Depende de los establecimientos y las ciudades, pero en líneas generales, el aperitivo italiano consiste en lo siguiente.
A partir de las 18 (o las 19), los clientes pueden pedir una bebida (habitualmente, alcohólica, ya sea vermú, cerveza o cócteles) y comer lo que quieran de un bufé preparado para la ocasión. El precio es fijo (ronda los diez euros, aunque varía según la ciudad y los bares), y el bufé suele estar compuesto de platos de pasta, bruschettas, ensaladas y embutidos de la zona, y dura hasta las 21. Para los turistas, puede ser una interesante opción para cenar.
La bebida más de moda en el aperitivo es el Spritz, un cóctel que se ha popularizado también bastante en España en los últimos tiempos, y que lleva cava, Aperol (un licor de hierbas italiano) y soda, y hay que tener en cuenta que, en algunos establecimientos, en el aperitivo sólo podremos pedir bebidas "largas"; cócteles, copas de prosecco o pintas de cerveza, por ejemplo.
¿Dónde se puede probar?
Como decimos, esta costumbre del aperitivo vespertino está muy extendida, sobre todo, por el norte de Italia. En mi caso, lo he probado en tres ciudades diferentes, Florencia, Turín y Milán, y en las tres había siempre bastante variedad de bufés entre los diferentes sitios que ofrecían el aperitivo. Un bar en una terminal de salidas del aeropuerto de Turín, por ejemplo, desplegaba un impresionante bufé con ensaladas de pasta en cuanto daban las 19.
Hay muchos locales que dan aperitivo en Italia, por lo que ofrecer un listado de todos ellos es poco más que imposible. Lo mejor es darse un paseo por las zonas más populares (como el barrio de los Navigli, o los canales, de Milán) y echar un vistazo a los bufés y los precios, y elegir los que más nos llamen la atención. Si queremos probar algunas de las recomendaciones que suelen darse en las guías, algunos de los establecimientos más famosos son Bar Basso, en Milán; Cacio e Pere, en Siena; Kitsch, en Florencia; Freni e Frizioni, en Roma, o Caffe San Carlo, en Turín.
Si, por otro lado, estamos en Madrid y tenemos curiosidad por ver cómo se hace allí el aperitivo a la italiana, gran parte de los establecimientos que lo ofrecen están ubicados en el barrio de Malasaña, y muchos sólo lo tienen disponible un día a la semana (los jueves, generalmente). Aiò, Mandralisca, Naranja Café o Rhino Wild Bar son algunos de esos locales.
Imagen | Houang Stephane, Irene Grassi, Luca Volpi
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