De viaje por la Toscana italiana podremos hacer una parada en el pequeño pueblecito de Cortona. Esta villa flanqueada por una muralla se sitúa en una colina rodeada de olivares y de viñedos. Así, desde distintos puntos de Cortona podremos apreciar un bonito paisaje natural típico de esta región.
El centro de Cortona es un laberinto de pequeñas callecitas por las que apetece perderse. Pronto daremos con la Piazza Signorelli, el corazón de la ciudad, donde está el edificio más característico del pueblo: el Palazzo Comunale. En esta plaza podremos visitar el Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona (MEAC) en el que podremos aprender sobre el origen etrusco de Cortona. Allí se exponen numerosos objetos etruscos y renacentistas, entre ellos monedas, joyas o piezas decorativas.
Cerca de allí, en la Piazza della Republica tendremos ocasión de visitar el Museo Diocesano que acoge una buena muestra de pintura renacentista. Destacan entre sus fondos dos obras de Fra Angelico: la Anunciación y la Madonna coronada con los santos. También hay pinturas de Bartolomeo della Gatta, Luca Signorelli o Sassetta.
Caminando por la ciudad nos encontraremos con otros edificios religiosos de interés como son las iglesias de San Domenico, San Niccolò y San Francesco. Ya fuera de las murallas está la iglesia de Santa Maria delle Grazie al Calcinaio, obra renacentista del arquitecto sienés Francesco di Giorgio Martini.
Y ya en las afueras de la ciudad, pero no muy lejos, podremos llegar hasta la Fortezza Medicea. Se trata de una fortaleza en ruinas que fue de los Medici y desde la cual tendremos una preciosa vista del Lago Trasimeno y las montañas que le rodean. El lugar perfecto para sentarnos descansar y ver el sol irse.
Foto | g.sighele Enlace | Cortonaweb En Diario del Viajero | San Gimignano, escapada a la Manhattan renacentista En Diario del Viajero | Cómo llegar del Aeropuerto de Pisa al centro y a Florencia