Visita al Jardín Botánico de Edimburgo, un edén con vistas
¿Dónde van los habitantes de la ciudad a esparcirse? ¿Dónde tomar un café o tumbarse en el césped con unas vistas excelentes? ¿Dónde celebrar una boda en un entorno natural, cuidado, muy fotogénico? ¿Qué tal hacer un concierto al aire libre o escuchar el sonido de un arpa acariciada por el viento? Y, por último, ¿os apetece viajar a lo largo del mundo a través de las plantas?
Todo esto se puede hacer en el mismo lugar, en el Real Jardín Botánico de Edimburgo, un espacio maravilloso que recorrimos hace unas semanas en nuestra visita a la capital de Escocia, con la compañía del buen tiempo que nos deja unas instantáneas inolvidables.
El Jardín fue fundado en el siglo XVII como jardín de plantas medicinales y durante el siglo XX adquirió tres jardines regionales en otros puntos de Escocia, convirtiéndose en conjunto en una de las colecciones de vida vegetal más grandes del mundo. Constituye un centro de renombre internacional en las ciencias de las plantas, investigación y educación.
La primavera es la estación estrella para ver los jardines en su esplendor, pero cualquier época del año es buena, siempre que el clima acompañe. En nuestra visita hizo muy buen tiempo, incluso pudimos ver la celebración de una boda al aire libre en un entorno de ensueño (imagino que tendrían un "plan B" por si llovía, algo que es habitual en la ciudad).
Unas 30 hectáreas que se pueden recorrer siguiendo distintas rutas marcadas en los paneles informativos o dejándose llevar por los caminos y senderos.
Como reflejo de la investigación y la conservación de trabajo internacional del Real Jardín Botánico, es el hogar de la mayor colección de plantas salvajes de origen chino fuera de China. El Jardín Heath recrea las plantaciones y el paisaje de las tierras altas de Escocia.
Y el mundialmente famoso Rock Garden (foto de portada) o Jardín de las Rocas o "la rocalla" es probablemente el lugar más fotogénico, con sus cascadas y escalinatas de piedra; es el hogar de más de 5000 plantas alpinas y podemos ver fabulosos setos, un haya centenaria excepcional...
En 2006 se inauguró el Queen Mother's Memorial Garden, un jardín en homenaje a la Reina Isabel que, todo hay que decirlo, en nuestra visita estaba bastante desatendido y seco.
En la esquina noreste del Jardín destaca el magnífico edifico de Victoria Palm House, la Casa de la palmera, el primer invernadero que tuvo el jardín botánico, allá por el siglo XIX. Podemos acceder al gran hall, repleto de palmeras (es el más alto de su tipo en el Reino Unido) y en este punto comprar la entrada si queremos seguir hacia "Windows on the World". Es un recorrido por los invernaderos que ofrece la oportunidad de explorar diez zonas climáticas distintas a través de las plantas con flores, árboles, arbustos y helechos.
Entre los muchos miles de árboles y arbustos del jardín son varios grupos en los que sus científicos tienen especial interés, como las coníferas, rododendros y otros arbustos de la familia Ericaceae. Otros puntos destacados incluyen la sequoyas Sierra (Sequoiadendron giganticum) de América del Norte y otras numerosas especies de interés botánico, incluyendo las hayas, arces...
El Herbario tiene la que se considera una colección botánica de las más importantes del mundo, con más de tres millones de especímenes.
La visita está entre las cosas gratis que hacer en Edimburgo y sin duda una de las más recomendables si pasas varios días en la ciudad, entre los museos, colinas, parques... un paréntesis en este edén con vistas os encantará.
Con excelentes vistas, porque en la parte sur, estamos algo elevados y contemplamos frente a nosotros, si el tiempo está despejado, la silueta de Edimburgo.
Datos prácticos para la visita al Jardín Botánico de Edimburgo
El Jardín Botánico no se encuentra en el centro de la ciudad, pero tampoco está excesivamente lejos (a unos dos kilómetros al norte). Una buena opción es acercarse en autobús (las líneas urbanas 8, 23 o 27) y en diez minutos llegamos desde el centro.
La entrada al Jardín Botánico de Edimburgo es gratuita, pero si queremos ver el interior de los invernaderos hay que pagar cinco libras (los niños no pagan). Abre todos los días del año excepto el 25 de diciembre y el uno de enero desde las diez de la mañana (hasta las 4, 5 o 6 de la tarde según la época del año).
En los Jardines podemos hacer picnic si llevamos provisiones y también podemos comer o tomar algo en alguno de sus tres bares: The Gateway Restaurant, The Terrace Café y The East Gate Coffee Bar. En el edificio de The John Hope Gateway (una de las entradas) se pueden visitar exposiciones temporales gratuitas y no puede faltar la tienda de recuerdos, de botánica y jardinería... Hay servicios públicos en el recinto y la mayoría de los recorridos son accesibles.
Para mí este paseo en la naturaleza se ha convertido en uno de los mejores recuerdos de la estancia en la ciudad, por eso no dudo en recomendar la visita al Real Jardín Botánico de Edimburgo. Unos jardines que cambian de color en cada estación, ofreciendo a los visitantes nuevos alicientes cada vez.
Fotos | Eva Paris
Sitio Oficial | Royal Botanic Garden
En Bebés y más | Guía de viaje a Edimburgo con niños (I) y (II)
En Diario del viajero | Diez cosas gratis que hacer en Edimburgo, Edimburgo en movimiento (time lapse)