En muchas ciudades existen teleféricos turísticos que llevan a un punto para ver el lugar desde una perspectiva privilegiada, como, por ejemplo, en Salta (Argentina). Pero también en otros muchos lugares el teleférico constituye un medio de transporte urbano, con lo cual resulta muy económico. Trento es un ejemplo de este último caso.
Si visitan esta ciudad del norte de Italia, el mejor lugar para ver toda la ciudad es subiendo hasta Sardagna utilizando el teleférico. Solamente con salir de la estación del funivia (como se le llama en italiano), al bajar las escaleras estamos en un mirador con unas vistas increíbles. Abajo no demasiado lejos está el río y, tras él, se distinguen perfectamente los puntos principales de Trento. El Duomo resalta sobre los otros edificios, y al estar en una calle que apunta hacia nuestra dirección, se ve "de pies a cabeza".
Además de ver la ciudad desde otra perspectiva, el paisaje es hermoso, ya que la ciudad se encuentra entre montañas. Y la zona a la que llega el teleférico es muy bonita, con lo cual pueden aprovechar para darse un paseo por el pueblo.
El trayecto en funivia hasta allí dura sólo unos minutos. Para cogerlo, hay que ir a la pequeña estación que está al margen del río. Desde la estación de trenes de la ciudad, sólo hay que cruzar el puente que pasa sobre las vías y girar unos metros hacia la izquierda.
Como decía, al ser un medio de transporte urbano, es muy económico. Cuesta 0,90 euros el billete que vale para volver a usarlo dentro de los siguientes 70 minutos y 1,20 euros el que te permite utilizarlo durante dos horas. Así, si volvemos dentro de ese tiempo, no es necesario pagar la vuelta a Trento porque podemos usar el mismo billete (que se compra en cualquiera de las dos estaciones).
En Diario del Viajero | Castello del Buonconsiglio en Trento (Italia), Río de Janeiro: subida al Pan de Azúcar