El Reino Unido es el país más estricto de Europa en lo que a medidas antiterroristas se refiere. Esto implica muchos inconvenientes para el turista, principalmente en aeropuertos, debido a los eternos controles de seguridad. Además, el celo de la policía puede ocasionar experiencias desagradables a los extranjeros.
Esto fue lo que les pasó a dos turistas austriacos, padre e hijo, que en su última visita a Londres tomaron fotografías de muchos lugares, incluyendo algunas estaciones de transporte y los famosos autobuses rojos de dos pisos.
Esto no gustó nada a un policía que les observó. Les indicó que estaba estrictamente prohibido fotografiar cualquier cosa relacionada con el transporte público, les tomó los números de pasaporte y les obligó a borrar sus fotos, con lo que tuvieron que regresar a Austria sin recuerdos de las vacaciones.
El turista, atónito, escribió una carta al periódico inglés The Guardian desvelando los hechos, e indicando que entendía la sensibilidad ante el terrorismo pero era ingenuo pretender que aterrorizando a los turistas se iba a prevenir el terrorismo. Irónicamente, con servicios como Google Street View podemos obtener imágenes detalladas de cualquier rincón de Londres.
Fotografiar medios de transporte u edificios oficiales siempre es un riesgo en países dictatoriales (como el vestigio comunista de Transnistria), pero hasta ahora en países democráticos los turistas siempre habían tenido libertad para fotografiar todo cuanto quisieran.
Cualquier extranjero debe andar con pies de plomo en el país británico y evitar 'movimientos sospechosos' delante de la policía. Con noticias como esta, el Reino Unido sigue labrándose mala fama entre los viajeros, aunque de momento, Londres sigue siendo una de esas ciudades que es imprescindible visitar.
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