Soy una romántica. Quizá por eso me gustan tanto las leyendas como la de la Torre Siuyumbike, situada en el corazón del Kremlin de Kazan.
Cuenta la historia que cuando Ivan el Terrible tomó la ciudad de Kazan en el siglo XVI, se enamoró de la princesa Siuyumbike, sobrina del kan que acababa de derrocar. Por supuesto, quiso casarse con ella, pero para ello Siuyumbike le pidió que construyese, en menos de una semana, la torre más alta que jamás hubiese visto.
En el tiempo pactado, los arquitectos de Ivan levantaron la torre, y a la princesa no le quedó más remedio que cumplir su promesa. Tras la boda, y negándose al destino que le aguardaba, Siuyumbike pidió a su flamante esposo que le permitiese subir a lo alto de la torre para ver por última vez su ciudad, y se arrojó desde allí.
Una bonita leyenda, que sin embargo tiene poco de verdad. Al parecer, Siuyumbike fue llevada a Moscú, y pasó en la ciudad de Kasimov los últimos años de su vida. Sobre el origen de la torre también hay teorías diversas: algunos estudiosos datan su construcción en los siglos XVII y XVIII; otros, por el contrario, se acercan más a la leyenda y creen que pudo ser construida en el siglo XVI.
De lo que no cabe ninguna duda, es que la Torre Siuyumbike es el edificio más representativo de la ciudad. Su inclinada silueta llama la atención en la distancia, y hace del Kremlin de Kazan (Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000), un lugar todavía más fascinante de lo que de por sí es.
Imagen | Carmen En Diario del Viajero | Candados del amor en un puente de Moscú, La Catedral de la Sangre Derramada de Ekaterimburgo