Una larga trenza serpenteando por su espalda, la joven romaní caminaba sobre una tierra fría saliendo del bosque. Ojos oscuros y sonrisa oscura, traía un pañuelo lleno de setas enormes entre los brazos. La joven es miembro de los Khashtalo, la casta mas baja de los gitanos de Rumanía.
El pueblo gitano es muy diverso, y entre sus múltiples clanes y grupos no encontramos a los Khashtalo. Demasiado "gitanos" para los rumanos, y "demasiado poco" para los propios gitanos. Una casta de intocables, marginados.
Viven en la zona boscosa cercana a Hetea, y mantienen una forma de vida rudimentaria, simple, casi inalterada a través de las generaciones. Viven del bosque, hablan su propia lengua, se han acostumbrado a ser mirados con suspicacia y temor por unos y otros. Se les conoce también como "gitanos del bosque".
Encuentro por allí una noticia que habla de una iniciativa para que los viajeros que llegan a Rumanía puedan vivir una experiencia similar a la que contáramos hace mucho tiempo ya, aquí en Diario del Viajero cuando hablamos de las visitas a las favelas de Brasil. En este caso, se empiezan a ofrecer "excursiones" para vivir un día y compartir las actividades de los Khashtalo.
Un día viviendo en el bosque, en sus rústicas casas, recolectando setas, cocinando sus sopas, cargando fardos de leña, arriando animales de carga. Otro caso de turismo de la pobreza, como aquel Slumdog Millionaire Tour.
La iniciativa parece tener un objetivo que va mas allá de dar la oportunidad de espiar la miseria ajena. Por detrás hay un proyecto de levantar un hostel operado por los mismos miembros de la comunidad Khashtalo, dando una nueva (única) fuente de ingresos a este pueblo. La idea es alojar a viajeros que se interesen por un turismo solidario, que puedan colaborar con el crecimiento y desarrollo de estos "intocables" en plena Europa.
Foto | Tzigania En Diario del Viajero | Turismo de la pobreza