A tan sólo 140 kilómetros de la capital checha, Praga, encontramos a una ciudad-balneario que resume todo el ambiente de la zona de la Bohemia: Karlovy Vary.
Es el mayor balneario del país, en una zona donde abundan la aguas gracias a las vertientes ubicadas en el valle del río Tepla. Karlovy Vary tiene una excelente infraestructura hotelera especializada en los tratamientos hidoterapéuticos. Es un spa muy visitado desde hace muchas décadas.
Las aguas termales están presentes en sus 12 manantiales y provienen de cuencas a 2.000 y 2.500 metros de profundidad, fluyendo a temperaturas entre 41 y 72 grados centígrados.
El mayor de los manantiales, Sprudel es también el balneario con aguas más calientes. Se ha comprobado que estas aguas tienen cualidades curativas para el sistema nervioso y para el sistema circulatorio.
Después del tratamiento hidrotermal, podemos salir a recorrer y recomendamos visitar algunas de sus iglesias barrocas (Santa María Magdalena, por ejemplo) o la iglesia ortodoxa de San Pero y San Pablo.
No podemos dejar Karlovy Vary sin llevarnos alguna pieza de sus productos más típicos: la porcelana, el licor de hierbas de Becher o una pieza de cristal de Bohemia.
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