Pocos son los casos donde hay una identificación tan fuerte entre un país y una marca como en el caso de Irlanda y la cerveza Guinness. Una buena pinta de Guinness helada, negra y con sus dos centímetros de densa espuma, forma parte de la identidad nacional irlandesa tanto como el fútbol gaélico o la música celta.
Por toda Irlanda nos encontraremos la imagen del arpa sobre fondo negro representativa de Guinness. No sólo en pubs, de hecho Guinness tiene sus propias tiendas de ropa en Dublín y otros puntos de la isla. La elección del arpa refuerza la identificación de Guinness como la 'cerveza nacional' irlandesa, ya que el arpa es uno de los símbolos del país (de hecho aparece en sus monedas de euro).
La Guinness es una cerveza oscura tipo stout. Las stout son muy populares en Irlanda, de hecho probablemente este sea el único lugar donde son el tipo de cerveza más consumido. Existen otras stout irlandesas como Beamish y Murphy's Black, sin embargo ninguna es tan popular como Guinness.
Hoy por hoy, se trata sin duda de la compañía irlandesa más conocida (aunque últimamente Ryanair, que también usa un arpa, comienza a ser una seria competencia al menos a nivel europeo), y tomarse una pinta en cualquier pub (por ejemplo, en alguno de los bares con música en directo de Temple Bar, Dublín) es parte fundamental de la 'experiencia irlandesa'.
La Guinnes Storehouse de Dublín
Por supuesto, este no es un blog de cervezas, sino de viajes, así que no podríamos dejar de mencionar la Guinness Storehouse, en Dublín. Se halla en el complejo de la mítica fábrica de cerveza de Saint James's Gate, que fue durante mucho tiempo la más grande del mundo, y donde aún hoy se produce la Guinness.
Saint James's Gate fue alquilada por 9000 años (no, no sobran ceros), a razón de 45 libras por año, por Arthur Guinness, padre de la compañía. Según la exposición sobre la elaboración de Guinness, el propio Arthur es el "quinto ingrediente" de la cerveza, junto con el agua, la levadura, el lúpulo y la cebada. Esta última, se transforma en malta y se tuesta, produciendo el característico color negro y el sabor que recuerda remotamente al café.
La Storehouse se abrió en noviembre de 2000. Se trata de una brillante restauración de la antigua nave de fermentación, de 1908, convertida en una gigantesca 'pinta' de vidrio y acero de siete pisos de altura. Se ha convertido en la mayor atracción turística de Irlanda, según la compañía, con más de cuatro millones de visitantes procedentes de todo el globo. Al margen de conocer el proceso de fabricación, a lo largo del recorrido podemos ver multitud de anuncios históricos y 'souvenirs' asociados a la marca, aprender como servir una pinta perfecta o visitar el 'laboratorio de cata'.
Lo mejor de todo, sin embargo, está en la séptima planta. El Gravity Bar es un bar con vistas panorámicas de todo Dublín en 360 grados. Es el pub más alto de la capital irlandesa. Cómo no, aquí podremos degustar una pinta, una vez finalizada nuestra visita.
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