Si visitamos el Principado de Andorra, una de las paradas a considerar en nuestro viaje es el Santuario de Meritxell. Se trata del corazón religioso de este pequeño país, albergado en un edificio moderno y enclavado en mitad de la naturaleza, siendo la historia de una renovación en cuanto a la forma, pero de una continuidad en cuanto a sentimiento.
Meritxell ha cumplido desde el siglo XVII ese papel de centro espiritual andorrano, momento en que se erigió el santuario sobre una iglesia románica. Concretamente, en 1873 se declaro Nuestra Señora de Meritxell símbolo de la identidad de Andorra, como patrona del país. Pero desafortunadamente en 1972, un incendio arrasó Meritxell, desapareciendo con él los retablos góticos y barrocos, así como el mobiliario litúrgico del lugar. Fue entonces cuando se pensó en rehacer el lugar con una imagen totalmente renovada.
Así, junto a las ruinas que quedaron se erigió esta nueva edificación que fue encargada nada menos que al prestigioso arquitecto Ricardo Boffill, quien trató de combinar en su obra el espíritu del lugar sucumbido con un estilo más moderno que se integrase bien en el paisaje. Un paisaje de montaña amplio y verde que ya de por sí es un gusto.
La obra de Boffill es una exquisita muestra de arte moderno inspirada en una mezcla de estilos, tomando elementos del románico, el arte renacentista y el islámico. Pero lo que más me llamó la atención fue su uso del color, fundamentalmente blanco y negro (como la nieve y la madera oscura), cómo la luz penetra en el edificio y cómo se enmarca con el entorno con sobriedad. Además, las ruinas del antiguo santuario han sido restauradas y actualmente acoge una exposición permanente sobre las historias, tradiciones y ceremonias vinculadas a Meritxell con objeto de mantener vivo su legado histórico.
La entrada es gratuita, y al edificio anexo de la exposición es gratuita y en verano incluye servicio de guías culturales también gratuitos. Cierra a las seis de la tarde pero en los meses de julio y agosto el horario se amplía hasta las nueve de la noche.
El santuario se sitúa en Meritxell, una pequeña aldea que pertenece al municipio de Canillo, muy cercano. Para llegar hasta el templo desde Andorra la Vieja deberemos tomar la carretera CG-2 durante 10 kilómetros, pasando el pueblo de Encamps. No es una distancia larga, pero tened en cuenta que estamos en plena montaña y, por tanto, las carreteras no son especialmente buenas y no faltan las curvas. Desde Meritxell, tendremos 2’8 km más hasta Canillo, un pueblo bonito a tener en cuenta si nos sorprende la hora de comer o para acercarnos a pasar el rato.
Localización | Google Maps Fotos | Álvaro Onieva En Diario del Viajero | Bus Turístic: tours organizados para conocer Andorra