Si bien uno de los símbolos de Lisboa son sus tranvías, que funcionan desde 1873, la red de metro de la capital portuguesa está reconocida como de las más interesantes y bellas de Europa. Y este reconocimiento se debe al buen aprovechamiento de los espacios públicos para convertirlos en obras de arte en sí mismos.
Desde su inauguración en 1959, el metro de Lisboa ha ido creciendo y se ha convertido, además de es un buen sistema de transporte, en un espacio interesante por su valor artístico. Al igual que en el metro de Moscú, en la mayoría de sus estaciones nos encontramos no sólo con obras de valor arquitectónico sino también con exposiciones y espacios que dan especial importancia a la decoración.
En total, se trata de 52 estaciones repartidas a lo largo de casi 50 kilómetros y cuatro líneas (actualmente, se está llevando a cabo un proyecto para ampliar la línea roja para que conecte con el aeropuerto). Las diferentes líneas del metro lisboeta tienen nombres my originales: la azul es Gaviota; la amarilla, Girasol; la verde, Caravela y la roja, Oriente.
Quizás la más destacada entre todas las estaciones sea la terminal de la línea roja, la Estación de Oriente, que está justo donde se encuentra el Parque das Nações. Estando en Lisboa, merece la pena ir en metro hasta allí para recorrer la zona o, si no disponen del tiempo suficiente, por lo menos echarle un ojo a la estación. Fue diseñada por Santiago Calatrava especialmente para la Expo '98 y es una impresionante construcción cubierta con un techo acristalado. Otras de las estaciones por las que vale la pena pasarse son la de Olivais (de diseño futurista), Cais do Sodre o Entre Campos, entre otras tantas.
Más allá de su belleza, el servicio de metro de Lisboa presenta algunas desventajas en cuanto a su utilidad como medio para desplazarse por la ciudad. Si bien ofrece un servicio muy regular y funciona en un horario bastante amplio, uno de sus principales inconvenientes es que no llega a todos los principales puntos de interés de la ciudad. Por ejemplo, en el caso de querer ir al barrio de Belém, no podríamos hacerlo en metro. Por otro lado, es complicado hacer trasbordos ya que ha tan sólo seis intersecciones entre las cuatro líneas. No bstante, sigue siendo la opción más rápida para desplazarse por la ciudad.
El horario es desde las 6:30 horas hasta la 1:00 (excepto algunas estaciones que cierran a las 21:30). En cuanto a las tarifas, distan mucho de las que podemos encontrarnos en el metro de Londres (¡para bien!). Así, un billete para 1 zona cuesta solamente 0,80 € y para 2 zonas cuesta 1,10 €. Además, se pueden adquirir bonos de 10 viajes, por 7,30 € para 1 zona y 10,40 € para 2 zonas.
Quienes posean la Lisboa Card, por otro lado, podrán utilizar este servicio gratuitamente de forma ilimitada durante los días en los que esté vigente su tarjeta. Y, para ahorrar en los desplazamientos, también se pueden conseguir las tarjetas Viva Viagem o Siete Colinas que combinan el metro con los servicios de autobuses, tranvías y elevadores.
Exposiciones
Volviendo al tema del arte en las estaciones, actualmente hay varias exposiciones en las instalaciones del Metropolitano de Lisboa. Una de las más importantes es la que celebra los 50 años desde su inauguración, que se centra en diversas acciones culturales como exposiciones de fotografía o proyecciones. En la estación de Alvalade (línea verde) los viajeros podrán también visitar los primeros vagones que circularon por aquí.
Otra de las propuestas es la exposición de fotografía "Revelar o Metro" que estará hasta el 11 de abril en la estación Marquês de Pombal II (línea amarilla). Aquí se presentan 65 trabajos que conmemoran también los 50 primeros años del nacimiento de este medio de transporte en la capital portuguesa.
Fotos | Flickr de battsimon, B G y cucutrash En Diario del Viajero | Viajar en coche por Portugal En Diario del Viajero | Ahorrar dinero en el metro de Londres En Diario del Viajero | El metro de Atenas (Grecia)