Ningún viajero puede abandonar Italia sin haber probado un buen café. Pero, si se lo degusta en alguna cafetería típica, sin dudas esa experiencia tendrá otro sabor.
Así, Roma esconde una serie de cafeterías típicas y clásicas que, con el paso de los años, se han convertido en pequeñas joyas y paso obligado de locales y turistas.
Ya hemos hablado, por ejemplo de Sant’Eustachio pero, en esta oportunidad, el protagonista es el Antico Caffé Greco, Una cafetería que, sin proponérselo, se convirtió en una galería de arte. Una cafetería fundada en 1760 por Niccola della Madalena y que ha sabido llegar hasta nuestros días conservando ese costado mítico.
De este modo, el Café Greco es el más antiguo de la capital italiana y el segundo más viejo del país, detrás del Caffé Florian (1720) de Venecia.
Pero, sin dudas, este establecimiento que se alza en el número 86 de Via Condotti, a pocos pasos de la Piazza Spagna, fue ganando fama con los años al convertirse en el centro de reunión de artistas, intelectuales, políticos, escritores y demás personajes de importancia tales como Franz Liszt, Goethe, Stendhal, Keats, Bertel Thorvaldsen, Lord Byron, Henrik Ibsen, Hans Christian Andersen, Richard Wagner, Felix Mendelssohn y Orson Welles, entre otros.
En tanto, como lo hemos dicho, la cafetería es también una especie de galería de arte. Claro, es que sus paredes se encuentran cubiertas de obras de arte y antiguos platos. Además, sus mesas, sus sillas, su vajilla, su decoración y toda la ambientación son un regalo extra del que podrán disfrutar quienes elijan beber un café allí. Como un viaje en el tiempo, un placer para los sentidos.
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