Ya hemos recorrido algunos barrios de Lisboa, conociendo un poco más ciertos puntos de interés de la ciudad. Pero, si ya nos situamos allí, ¿cuál es la manera más típica de tener una visión general de Lisboa una vez estemos allí, o de movernos para acceder a sus puntos de interés? Los genuinos tranvías amarillos constituyen una de las imágenes más características de Lisboa.
Y, como decimos, son un modo encantador de conocer la ciudad, aunque cubren un espacio limitado bastante céntrico, eso sí, alrededor de las colinas y a lo largo del río hasta Belém.
En la actualidad hay dos tipos de tranvías: los modelos antiguos que datan de la I Guerra Mundial y los nuevos tranvías, más largos y modernos, aunque todos se caracterizan por el color amarillo. A excepción de los tranvías rojos, que son servicios turísticos especiales y no transporte público.
El servicio de tranvías funciona de 6’30 a 24 horas. Los billetes sencillos son bastante baratos (1’45 euros) y se validan en la máquina junto al conductor, aunque hay mejores precios si compramos bonos.
También hay que barajar otra posibilidad para el transporte, ya que puede sernos más rentable comprar algunas de las tarjetas de descuentos para transportes y/o monumentos, como la 7 colinas, la Lisboa Card o Viva Viagem.
Tranvías turísticos y con recorridos de interés en Lisboa
Los tranvías rojos turísticos que van a las Colinas o Tejo son mucho más caros que las rutas ordinarias, ya que ofrecen servicios turísticos. Pertenecen a Carristur, y el billete en tranvía por un viaje con explicaciones de más de una hora de duración cuesta 18 euros. La misma empresa tiene otros servicios en la ciudad, como los autobuses turísticos.
Sin embargo, existen ciertas rutas de los tranvías regulares bastante interesantes que no nos costarán más de un euro y medio y nos llevarán por lugares imprescindibles.
Los más recomendables para el turista son el tranvía 28, también conocido como tranvía turístico por el recorrido inigualable por los lugares más emblemáticos de la capital: Estrela, el Palacio Sao Bento, Bairro Alto y Chiado, Baixa, Catedral la Sé, Castelao Sao Jorge… Como vemos lugares imprescindibles de los recorridos lisboetas, con unas maravillosas vistas del casco antiguo.
Sin embargo, precisamente por su merecida fama este recorrido se halla habitualmente saturado de turistas y no siempre es fácil encontrar un tranvía con sitio. Atención a los bolsos y bolsillos, porque se suele avisar de la presencia de carteristas en horas punta.
También el tranvía 25, que sale del Cemitério des Prazeres, en Campo de Ourique, pasa por ela Basílica da Estrela, el barrio de Lapa, la Praça de Comeércio hasta el principio de Alfama es interesante para el viajero que quiera disfrutar de Lisboa desde este transporte tradicional.
Los tranvías más nuevos son los de la línea 15E que cubre otro trayecto interesante para el turista, desde La Plaza del Comercio hasta el barrio de Belém.
Por supuesto, también se encuentran entre los transportes característicos los “hermanos” de los tranvías, los elevadores amarillos o funiculares que nos suben o bajan desde algunos barrios y puntos de interés en la ciudad. Éstos son el elevador do Lavra, el elevador da Glória y el elevador da Bica, sobre los que volveremos.
Los tranvías en general no están adaptados para minusválidos ni son cómodos para carritos de bebé, pues sus puertas son muy estrechas (deberían plegarse los cochecitos) y algunas líneas suelen ir abarrotadas. Para estos casos los autobuses están mejor condicionados.
Pertenecen a Carris, la empresa de transporte público que opera en la ciudad de Lisboa, de titularidad pública, tutelada por el Ministerio de Obras públicas. Desde su web se pueden consultar las tarifas vigentes (2010) y las rutas de los tranvías, así como descargarnos los mapas de transporte.
En definitiva, los tranvías de Lisboa son una buena manera de moverse por las estrechas e inclinadas calles del centro histórico y turístico, y conocer de un modo peculiar, reposado, típico y centenario, la ciudad.
Más información | Carris
Fotos | Eva Paris
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