"Escondidos en Brujas" es el nombre de una película que encontré siguiendo el consejo de una amiga. No, no vamos a hacer crítica cinematográfica, para ello tenemos a los expertos colegas de Blog de cine.
Sin embargo, quienes sumamos el gusto por el "séptimo arte" y la pasión de movernos por el mundo, nos sentiremos plenamente satisfechos cuando terminan los créditos de esta peli (Colin Farrell ganó el Golden Globe 2009 por su papel en ella).
La ciudad de Brujas asume un rol protagónico junto a los personajes principales. El ambiente invernal, cercano a la Navidad, con calles silenciosas y su arquitectura medieval y gótica, pintan un escenario distinto, casi irreal para un thriller con toques de comedia.
Pero vayamos a lo nuestro. No encontraremos en esta peli una sucesión de "postales" de la ciudad, a modo de reportaje pago. No. La trama se instala en las calles y canales de Brujas para sacarle partido a su atmósfera, esa que vamos a buscar.
Decir que un papel importante en el desarrollo y final (no, no voy a hacer un spoiler) se lo lleva el campanario de la Plaza Markt. Es el símbolo más popular de la ciudad, gótico, de los siglos XIII a XVI, con 83 metros de altura. Sus más 300 escalones nos llevan al mejor punto panorámico de la ciudad. Allí están las 47 campanas (27 toneladas de peso en total), y se goza de una estupenda vista sobre la ciudad y su entorno.
Solo un apunte sobre la peli: el empleado que vende los billetes para subir al campanario... impagable. Cuántas veces nos encontramos con personajes así, que sólo repiten un discurso aprendido y aburrido, que no aceptan salirse de lo establecido (¿podría dejarme pasar? sólo pasa 1 minuto del horario de cierre...) y que olvidan que en ese momento son la imágen de la ciudad y que hemos recorrido cientos o miles de kilómetros para llegar hasta su ciudad.
Sigamos. Es un placer ver pasearse a los personajes (un par de asesinos a sueldo) como simples turistas por la Plaza Burg, o escapar de un tiroteo saltando sobre una de las barcazas de un canal (creo que es el que está detrás de la Basílica de la Santa Sangre de Cristo).
Además tenemos que agradecer una banda de sonido maravillosa con un par de temas para recordar (éste o éste por ejemplo). Su autor: Carter Burwell
Viendo hasta el último minuto de la cinta, y tras recordar otros paseos y visitas más personales a esa mágica ciudad belga, sólo me queda decir que a más de uno nos gustaría "escondernos en Brujas" una vez más.
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