El pueblo de Bled y su lago están situados al noroeste de Eslovenia, al lado de su Parque Nacional más importante: el del Triglav. El Triglav es la montaña más alta de Eslovenia y se encuentra incluso en su bandera nacional en forma de tres picos (Triglav significa “tres cabezas” en esloveno). El lago es de origen glaciar y se encuentra rodeado de montañas.
En el centro del lago, hay una pequeña isla con una Iglesia, (la de Asunción) en el centro. Esto hace que sea un lugar único en el mundo. Como se ve en la imagen, el lago de Bled está coronado por un castillo que se encuentra en lo alto de un acantilado. Éste mide 125 metros. El castillo es de origen feudal, tiene más de 1000 años.
Fue mencionado por primera vez en 1011, aunque no fue hasta unos años después cuando se amplió para ser la fortaleza que es ahora. El castillo tiene unas preciosas torres, capilla, casas y muralla, y es de visita obligada si pasáis por los alrededores. La visita cuesta unos 6 euros. Os lo recomiendo al anochecer, cuando las vistas del lago y la pequeña isla central son incluso más impresionantes.
A la iglesia del centro del lago se puede ir en barca. Se encuentra a más de medio kilómetro del centro de Bled. Las barcas pueden ser a remo o a motor, según los intereses de cada uno, aunque yo recomiendo alquilar una con remos, al ser un lugar tan rodeado de naturaleza y tan verde.
Debido a la situación de la iglesia, es frecuentada por numerosos eslovenos que van a Bled para casarse por lo que se denomina la iglesia más romántica o la isla de las bodas.
Es posible también bañarse en el lago, ya que éste tiene numerosas playas. El agua está un poco fría, pero es posible, si estáis en buena forma nadar hacia el centro del lago, llegando incluso hasta la isla de la Iglesia.
Las montañas de sus alrededores lo hacen un lugar impresionante. Son los Alpes Julianos, que a diferencia de los Alpes franceses, suizos o austriacos, son blancos, al estar formados de piedra caliza. También se caracterizan por ser muy escarpados y bastante inaccesibles, aunque para Eslovenia el alpinismo es el deporte nacional.
Si os gusta el turismo deportivo, Eslovenia es un lugar perfecto. Además de las excursiones que podéis hacer para conocer sus cuevas de Postojna, o las de Pivka y Cima Negra, también podéis hacer rutas de senderismo o incluso practicar el montañismo ya que existen rutas hacia todas sus cimas.
Bled es el lugar perfecto para iniciar las rutas de montañismo a lo largo de las preciosas montañas de Eslovenia. También ofrece la posibilidad de hacer otros deportes como ciclismo, barranquismo o rafting, por lo que ahora entenderéis por qué os digo que es el destino idóneo para el turismo deportivo.
¿Qué más hacer por allí?
Los alrededores de Bled, también son impresionantes. Recomiendo alquilar una bici para recorrerlos. Lo que quizá esté más accesible saliendo desde Bled es Vintgar Gorge y la ermita de Santa Catalina. Vintgar Gorge (“la Garganta de Vintgar”) es un barranco gigantesco que se extiende durante kilómetro y medio a lo largo del río Radovna, terminando en una colosal cascada.
La garganta se abrió en la última era glacial a través de la capa blanda de arenisca que hay en los entornos de Bled. El pequeño cañón es recorrido gracias a gigantescas pasarelas de madera que permiten el acceso a todos los rápidos y cascadas que hace el río. Los paisajes son espectaculares. El río, de un agua clarísima, dibuja formas fantásticas a su paso.
Excursión a Santa Catalina o Bohinj
A un kilómetro de allí se encuentra la remota ermita de Santa Catalina, casi tan antigua como el castillo de Bled. También se encuentra en un lugar prodigioso rodeado de montañas. Es una bonita excursión desde Bled, porque el camino hasta ella es hermoso y entretenido.
Otras excursiones más que recomendables aprovechando la visita a Bled son la de su lago gemelo Bohinj, que no está muy alejado, la escalada hasta el Triglav para disfrutar de sus lagos de colores, o la visita al río esmeralda Soca que os puede fascinar.
En resumen, Bled es un lugar único en Eslovenia que os dejará boquiabiertos. Parece imposible que desde un castillo que se encuentra en un acantilado se pueda ver una iglesia encerrada en una pequeña isla. Parece más digno de una novela fantástica que de existir realidad. En cualquier caso, os recomiendo encarecidamente que cuando visitéis Eslovenia, no os quedéis solamente en la visita de su capital Llubjana y os acerquéis a Bled. No os arrepentiréis.
En Diario del Viajero | Descubriendo las cuevas de Eslovenia I Postojna
En Diario del Viajero | Descubriendo las cuevas de Eslovenia II Pivka y Cima Negra