Si hacen una visita a Granada, hay muchísimos lugares que pueden visitar, algunos de ellos muy reconocidos, como la Alhambra o la Catedral. Pero además, la ciudad guarda varios rincones que no están tan a la vista del visitante y que no por eso son menos interesantes. Uno de estos lugares granadinos es el Monasterio de San Jerónimo.
Este monasterio, fundado en el siglo XVI por los Reyes Católicos, es una obra que fue llevada a cabo en su mayor parte por el arquitecto Diego de Siloé, uno de los primeros artistas renacentistas en España. El origen de su construcción fue un ofrecimiento de los Reyes a la orden de los Jerónimos tras la Reconquista, cediéndoles una finca con casa, molino y huerta que antiguamente era propiedad de Boabdil, el último monarca nazarí.
Lo peculiar de este lugar, que sorprende a quien lo visita, es que se encuentra en el centro de Granada pero desde que cruzas el umbral y atraviesas el jardín de la entrada se empieza a respirar un aire de tranquilidad.
El conjunto del monasterio está formado por la Iglesia y dos claustros ajardinados. El primero de ellos, al que se accede por una portada dórica, tiene una decoración compuesta de escudos reales y armas de fray Hernando de Talavera, quien fue el primer arzobispo de Granada. En el otro claustro se mezclan elementos góticos con otros mudéjares y renacentistas.
En cuanto a la Iglesia, es de planta de cruz latina y tiene una rica decoración interior renacentista, con figuras que rememoran las hazañas del Gran Capitán (militar al servicio de los Reyes Católicos). En su interior se hallan enterrados este personaje histórico y su esposa la Duquesa de Sessa. Pero sin duda lo que más destaca es el retablo dorado de la Capilla Mayor, de estilo manierista, un trabajo en el cual intervino una de las figuras más destacadas en la imaginería andaluza, Pablo de Rojas.
Merece la pensa una visita a este monasterio si están por Granada. Además, la entrada no es cara (cuesta 3 euros) y para llegar no hay que desviarse mucho de la zona más turística de la ciudad. Está a tan sólo 10 minutos caminando desde la Catedral, en la calle Rector López Argüeta, continuación de la calle San Jerónimo (que sale desde la parte izquierda de la Catedral).
Fotos | Flickr de Landahlauts y de micheo
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