La historia de Tortosa nos cuenta que desde siempre tuvo un papel protagónico en su comarca. Antigua capital íbera y centro de gran importancia durante el período romano (llamada Dertosa). Durante la ocupasión árabe se la conocía como Turtusha.
Fue durante la Edad Media y el Renacimiento, cuando Tortosa se convierte en el eje de la vida política de la comarca. La ciudad de Tortosa posee un conjunto histórico de notables dimensiones que más allá de su recinto fortificado y sus 3 monumentos nacionales se encuentra salpicado por todo tipo de construcciones o restos arquitectónicos de especial interés.
¿Qué ver en Tortosa?
Fue construido en el s.X, en época de Abderramán III, sobre la antigua acrópolis romana. Del periodo islámico quedan la base y el trazado de las murallas, el pozo y la única necrópolis árabe a cielo abierto que hay en Cataluña. Reconquistado por el conde Ramón Berenguer IV (diciembre de 1148), el castillo pasó a ser residencia de los Montcada y de los Templarios.
Después de la Reconquista, se convirtió en prisión y, ya desde tiempos de Jaime I, en residencia real. A partir del s. XV, fue sucesivamente adaptado a las nuevas exigencias de defensa.
Se encuentra situada en el centro de la ciudad de Tortosa a orillas del río Ebro. Desde 1931 es también Basílica.Tiene planta de tres naves separadas por pilares y con capillas laterales. La nave centralconsta de cinco tramos con bóvedas de crucería sostenidas por grandes pilares que recuerdan a la catedral de Barcelona, e incorpora vitrales en los dos muros superiores para la iluminación del interior.
El claustro del siglo XIII, se encuentra adosado al muro sur de la catedral y consta de planta trapezoidal, con galerías cubiertas y formadas por arcos ojivales sobre columnas. En este hermoso espacio se escribieron muchas páginas de la historia de Tortosa y su región, ya que en la Edad Media el consejo de la ciudad se reunía en sus galerías.
Como curiosidad, te diremos que bajo el claustro se construyó un gran refugio antiaéreo entre 1937 y 1938. Puede visitarse.
De la primitiva construcción se conservan dos alas del claustro, prototipo del gótico provenzal y formadas por arcos trilobulados sostenidos por columnas adosadas. A resguardo del monasterio de Santa Clara, se forma uno de los barrios más peculiares de la ciudad. Las calles que dibujan su estructura empiezan por la calle de Montcada, eje importantísimo en la Edad Media, para subir escarpadas y estrechas por la vertiente norte de la montaña fortificada del Sitjar.
Tortosa es una ciudad que nos lleva en un viaje en el tiempo. Recorrer sus calles, subir a su castillo o recorrer las murallas puede convertirse en una auténtica aventura si además, recorres la ciudad convertido en un caballero, un soldado o una dama de la época. Por las calles de Tortosa y en sus principales edificios históricos se realizan visitas teatralizadas participando en un juego de rol en el que adoptarás un personaje y cumplirás tu papel para que la historia vuelva a repetirse.
Fotos | Matilde Martínez, María Rosa Ferré En Diario del Viajero | Dos conventos a descubrir en la comarca de Terres de l'Ebre