Aun queda verano. Poco, pero algo queda. Y antes de que se vaya del todo y tengamos que sacar los jerséis y las bufandas del altillo, todavía tenemos tiempo de disfrutar las actividades al aire libre que nuestras ciudades o las que visitamos nos ofrecen. Y quien esté por Madrid tendrá la casi obligación de pasear por el Parque del Buen Retiro si el buen tiempo acompaña, aunque también es muy bonito en otoño, he de decir.
Y una de las actividades favoritas de quienes visitan El Retiro es montar en las barcas de remos de su estanque, que es el punto más conocido del parque. Habrá quien piense que es una actividad muy romántica, pero a mí las barcas no me gustan especialmente, ni estas ni cualquier otra. Será que yo soy muy torpe remando y acabo siempre moviéndome en círculos sufriendo por no llegar a tiempo a entregar la barca a la hora.
El caso es que las barcas del Retiro son muy populares entre los visitantes y podemos pasar en ellas un buen rato bajo la atenta mirada de la estatua de Alfonso XII que domina la zona. En realidad se trata de un conjunto artístico compuesto por una gran columnata y un monumento central, que ocupan una superficie de 86 metros de largo y alcanza los 30 de alto, y que están realizados en mármol y bronce. El monumento ecuestre del rey, en el centro, reposa sobre un basamento en el que están representados El Progreso, La Paz y La Libertad. Además, unas escalinatas entran hasta el agua del estanque, custodiadas por cuatro leones de pierda bajo las cuales hay sendas sirenas de bronce.
Los paseos en barca tienen una duración de 45 minutos y pueden subir hasta cuatro personas. El precio por persona es de 7,8€ los sábados, domingos y festivos, mientras que de lunes a viernes el precio abaja a 5,8€, y además los jubilados pueden montar por 1,75€ por las mañanas de entre semana. Existe también un barco solar cuyo precio es de 1,5€ y que da una vuelta de 15 minutos por el estanque. Todo esto funciona todo el día hasta la puesta de sol. Si te mueves en metro, puedes llegar al Retiro bajándote en las paradas Retiro o Ibiza, y Atocha tampoco queda lejos, aunque en realidad desde el centro se llega pronto andando.
Es recomendable no olvidar que cuando subimos a las barcas no hay sombra que valga, así que si lo hacemos en días calurosos es mejor evitar las horas de más calor, llevar agua y hasta protector solar si estamos muy blanquitos. Eso, e ir concienciados para ejercitar los brazos.
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