Uno de los motivos por el que Cuenca goza de la declaración por la UNESCO de Patrimonio de la Humanidad es su curiosa arquitectura, en la que destacan la arquitectura religiosa y la popular de los llamados "rascacielos" o de las icónicas Casas Colgadas.
En el Barrio de San Martín, en la calle Alfonso VIII, se ubican estas construcciones centenarias de considerable altura, aunque no lo parezca por una de sus vertientes. Y es que estos edificios, los rascacielos de Cuenca, tienen la peculiaridad de que la altura varía según la calle en la que nos situemos.
En efecto, si bajamos desde la Plaza Mayor, por la calle Alfonso VIII solo apreciemos tres, cuatro o cinco alturas. Sin embargo, en las fachadas que dan al río Huécar, desde la calle Santa Catalina, nos encontramos con los rascacielos de diez, once y hasta dice alturas.
Esta peculiar arquitectura vertical es uno de los atractivos por excelencia de Cuenca, fruto de la forzosa adaptación medieval de la construcción a la fisonomía del terreno.
Además, llamará nuestra atención el colorido de los edificios en el barrio, que combinan distintas tonalidades en sus fachadas irregulares, estrechas viviendas en los números pares y más anchas y altas en los impares.
Se trata de edificios construidos desde el siglo XV, que albergan viviendas particulares, apartamentos turísticos y algunos establecimientos turísticos en las plantas bajas. Sin duda, los vecinos con vistas a la calle Santa Catalina disfrutan de una de las mejores panorámicas de Cuenca hacia la hoz del río Huécar.
Y nosotros, desde aquí, captamos la insólita arquitectura del barrio de San Martín en Cuenca, pero también nos atrae el rumor de las aguas que envuelven la ciudad y el hermoso paisaje hacia el Huécar, que pronto recorreremos en un delicioso paseo.
Foto | Victor Rivera y losmininosen Flickr-CC
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