¿Hasta qué hora deberían iluminarse los monumentos? Ahorro de energía contra lucimiento turístico
Un gran atractivo de las ciudades que visitamos es verlas de noche, y las iluminación de los monumentos más emblemáticos hace que la experiencia del paseo nocturno pueda cambiar por completo. Por ello, hay ciudades que apuestan por dar mucha visibilidad a sus edificios más bellos mientras que otras, estando como estamos en periodo de crisis, prefieren ser más discretas.
Recientemente, se ha conocido que La Generalitat ha decidido poner orden y control sobre la iluminación nocturna de las ciudades catalanas con la intención de conseguir un ahorro energético y económico, así como de reducir la contaminación lumínica. Los edificios de esta comunidad solo se podrán iluminar de viernes a domingo entre las ocho y doce de la noche, una hora más en verano. No obstante, se contempla que existan excepciones con monumentos concretos o en días señalados.
Añaden también la especificación de que todos deberán iluminarse de arriba hacia abajo, reduciendo la contaminación lumínica de los focos que apuntan al cielo. Se estima que el ahorro de esta medida se traducirá en 92 millones de euros.
Personalmente, entiendo la necesidad de establecer una racionalización de la energía pero creo que llevado al extremo puede ser negativo para el turismo. Especialmente en temporada alta, creo que es muy necesario que los edificios históricos muestren su cara más bonita y, de noche, iluminada. Invita a visitarlas, a pasear, a sentarse en las terrazas... En cambio, las ciudades apagadas dejan un recuerdo de tristeza o poca vida al viajero. Por eso, la medida catalana, que apaga las luces entre semana, me parece excesiva.
Distintos horarios de iluminación en cada ciudad
En nuestro país, cada ciudad establece sus horarios. La Alhambra de Granada se apaga a las cuatro de la mañana, quizás una hora excesivamente tardía, pero ¿no es un pecado no ver iluminada tal maravilla? Sin duda es un reclamo de los alojamientos, restaurantes y miradores que la contemplan desde el Albaicín o el Sacromonte.
Por su parte, la fachada del Palacio de Cibeles de Madrid no se apaga durante los fines de semana, acompañando a los madrileños que van y vienen a los buses nocturnos que se cogen en esta mítica rotonda. En la capital, cada monumento tiene su propio horario.
Sevilla es un poco más moderada, apagando la luz a las dos de la mañana, mientras que en Valencia “acuestan” antes a sus monumentos: La Ciudad de las Artes y las Ciencias se apaga a las once. Muy llamativo también me parece el caso de Salamanca, no ya por los horarios sino por la intensidad de su alumbrado; algunos monumentos de la ciudad parecen casi incandescentes por la noche. Y la verdad es que son muy bonitos de ver por la noche.
España es el país europeo que más dinero gasta en iluminar sus calles y monumentos, con una factura que asciende a 950 millones al año. Pero no debemos olvidar que somos un país muy turístico, donde gracias al buen clima se hace mucha vida en la calle, y en el que nos solemos ir a la cama bastante más tarde que nuestros vecinos europeos, por lo que no es tan raro que tengamos la luz encendida hasta más tarde.
En mi opinión, lo lógico sería amoldarse a los horarios del turismo y de los ciudadanos, así como valorar la importancia de cada monumento, sin apagar entre semana, y dosificando la intensidad de los focos en función de la hora. La iluminación para el turismo es muy importante.
Fotos | Álvaro Onieva
En Diario del Viajero | Siete edificios que parecen venidos del futuro