El puente románico de Navaluenga
Por la localidad de Navaluenga, en la provincia de Ávila, corre el río Alberche, uno de los afluentes del Tajo, sirviendo de frontera entre las sierras de Gredos y de Guadarrama. Uno de los puentes más bonitos que cruzan este río es el puente Viejo o puente románico de Navaluenga, uno de los tesoros de este municipio.
Cualquier estación del año es buena para disfrutar de este puente construido en el siglo XVI, con sillares de granito unidos con argamasa y reforzado con tajamares triangulares para aguantar el cauce de las aguas del río. Tras el verano, los colores vivos dejan paso a los ocres del otoño, a los que seguirán las nieves que cubren los laterales en el invierno y el colorido verdoso de la zona cuando llega la primavera.
Es frecuente ver a la gente bañarse en las piscinas naturales que se forman bajo los cuatro arcos u ojos del puente cuando el tiempo acompaña -como este año- y también son muchos los que pasean a lo largo del puente, deteniéndose en los miradores para ver el río o para descansar un rato.
Origen e historia del puente Viejo
A principios del siglo XVI mediante un acuerdo comunal en el concejo de Burgohondo se acordó construir el puente de Navaluenga para poder cruzar el río Alberche que dificultaba el traslado del ganado hacia otros municipios de las sierras cercanas, Gredos y Guadarrama.
Pronto se construyó este puente con arcos de mediopunto o semicirculares, que recuerda a los clásicos puentes romanos, lo cual ha dado lugar a la confusión de que muchos lo llamen puente romano, aunque es de la época románica, muy posterior a la época de dominio romano.
En su día, se cobraba un impuesto a los que cruzaban el puente con el ganado, para lo que se instalaron dos ensanches en los que se instalaba el cobrador del impuesto llamado Portazgo, y que facilitaban el cruce de carromatos y rebaños cuando coincidían en el alto del puente.
Tras la época de la trashumancia y traslado de ganados, ya no se permite el paso de carruajes -ni vehículos- por el puente, que está ya solamente reservado al paso de los viandantes, que cruzan el Alberche para ir a la otra zona de la villa de Navaluenga, que se extiende a ambos lados del río.
La indudable belleza del puente, -que se ilumina durante las noches- ha hecho que el Puente románico de Navaluenga fuera calificado como Bien de Interés Cultural, declaración publicada en el BOE nº 178 de fecha 28 de junio de 2005.
A menos de hora y media de Madrid, la localidad de Navaluenga es atractiva para los visitantes que pueden acercarse a disfrutar de un pueblo tranquilo, con excelentes carnes, huevos y productos de la tierra y en donde pueden comer estupendamente en el restaurante la Galería o en cualquier otro de este municipio donde siempre se come muy bien tras dar un paseo cruzando el puente románico de Navaluenga.
Imágenes | Pakus
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