No vamos a negar en ningún momento que una de las grandes fiestas de nuestro país. No solo lo decimos nosotros, sino que desde 2016 tienen su título que lo refrenda, porque las Fallas de Valencia son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y todo es gracias a, entre otras, estas cinco razones.
A mediados de marzo la ciudad mediterránea (y toda la Comunidad) se llena de turistas, falleras/os, ciudadanos y visitantes que quieren disfrutar de dicha fiesta. Vamos a recordar las cinco razones por las que la Unesco decidió tomar la decisión.
1. Propician la creatividad colectiva
Las Fallas propician la creatividad colectiva a través de diferentes medios. Por ejemplo: con los artistas falleros, indumentaristas, pirotécnicos, músicos... Los ciudadanos se benefician de está creatividad a partir de las obras de estos artistas y artesanos.
2. Salvaguardan las artes y las artesanías tradicionales
Los artistas falleros y artesanos forman una parte imprescindible de las Fallas. Sin ellos no habría monumentos. Según la Unesco, "el patrimonio cultural se transmiten en las familias, y en particular dentro de las dinastías de artistas y artesanos fabricantes de "ninot"' que se agrupan en gremios constituidos en el seno de las comunidades ciudadanas participantes." Estos oficios necesitan estar protegidos para que no desaparezcan.
3. Constituyen un motivo de orgullo para su comunidad
Las Fallas son las fiestas más representativas de la Comunidad Valenciana. Es una de sus señas de identidad más visibles y un motivo de orgullo para casi todos los valencianos. Además, son una fuente de ingresos para la ciudad.
4. Contribuyen a forjar su identidad cultural y su cohesión social
Las Fallas contribuyen a que los ciudadanos y la Comunidad tengan una identidad cultural propia y conocida por todo el mundo. También ayudan a que haya una unión social fomentada por las fiestas, los casales, las Fallas y comisiones (de cada barrio), y la tradición.
5. Preservaron la lengua valenciana cuando se prohibió su uso
En los actos y las actividades de las Fallas, en su pasado y presente, tanto en manifestaciones escritas como habladas, se usan indistintamente dos lenguas: el castellano y el valenciano. Aunque de forma preferente se utiliza el valenciano para propiciar y propagar su uso.
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