Esta es la capital situada a mayor altura de la Unión Europea y no es la que puedas imaginar
¿Dónde se encuentra la capital situada a mayor altura en la Unión Europea? ¿Bugaria? ¿Hungría? ¿Alemania? ¿Suiza? Nada de eso. Se encuentra en España.
Porque Madrid es la capital a mayor altura de toda la Unión Europea, siendo así un caso atípico dentro de las grandes ciudades europeas.
Madrid
A pesar de que Suiza, con sus altas montañas y el mirador más alto de Europa, se nos pudiera antojar como el país con la capital más elevada de la Unión Europea, Madrid supera a Berna.
Y al resto de ciudades de la Unión Europea, y también es una de las más elevadas de toda Europa: solo la superan Andorra la Vieja (1022 metros, capital del Principado de Andorra), Ereván (1000, en Armenia) y Ankara (938, en Turquía, aunque se encuentra en la parte asiática del país).
Madrid está situado en un altiplano, la Meseta Central, a 657 metros sobre el nivel del mar. Pero ¿por qué? Tal y como lo explican en ¿Lo sabes todo? 150 preguntas de cultura general que te retamos a responder:
La elección de Madrid tiene que ver con su posición central dentro de la Península. Por eso el rey Felipe II la convirtió en 1561 en la primera capital permanente del reino (antes, la capitalidad iba cambiando de una ciudad a otra).
Aunque no ha sido siempre la capital desde entonces. Por ejemplo, de 1729 a 1733 la corte se trasladó a Sevilla por decisión de Isabel de Farnesio, esposa del rey Felipe V.
La capital más elevada de la UE también cuenta con el restaurante más antiguo del mundo: Casa Botín (también conocido como El Sobrino de Botín) el que cuenta con ese reconocimiento por parte del libro Guinness de los Récords. Fundada en 1725 por el francés Jean Botin, su titularidad pasó más tarde a la familia González Martín y en su casi más de 300 años de historia sin descanso ha visto pasar a comensales ilustres como Hemingway, Truman Capote o Benito Pérez Galdós.
Una de las estatuas más fotografiadas de Madrid es la figura ecuestre del rey Felipe III. Su ubicación, en pleno centro de la Plaza Mayor desde mediados del siglo XIX, explica su fama.
Curiopsamente, en el pasado fue un auténtico cementerio de gorriones, que conseguían entrar por la boca abierta del caballo, pero no tenían suerte, debido a la estrechez del cuello de la figura, para volver a salir.