Hace poco un amigo volvió de Cuba impresionado por la belleza decadente de la ciudad de La Habana. Una ciudad con un comjunto arquitectónico que, en otro lugar del mundo, se podría poner en valor pero que en las actuales circunstancias, parece condenada a seguir decayendo (al menos por ahora).
Entre los edificios que en mejor estado encontró, está el de la Lonja de Comercio, una obra de principios de siglo XX, con una impresionante cúpula que está rematada por la figura en bronce del dios Mercurio (símbolo del comercio).
Este pobre Mercurio (testigo de la inauguración de la Lonja en 1909) sufrió una terrible caída con el paso del huracán Irene (14 de octubre de 1999) que lo redujo a varios segmentos. Afortunadamente, pudo reconstruirse y ser recolocado en el 2001.
La Lonja de Comercio está ubicada frente a la Plaza de San Francisco de Asis (calles Oficios y Amargura) (fotyo). Fue un proyecto del arquitecto español Tomás Mur y construída por una empresa norteamericana que tuvo a su cargo la ejecución de otros edificios emblemáticos de principios dl siglo XX en La Habana: el Centro Gallego, el Centro Asturiano, el monumental Capitolio Nacional, por ejemplo.
El edificio está gestionado por la Oficina del Historiador (custodio del patrimonio) en una alianza con el BBVA. Está destinado a oficinas comerciales de empresas y, supongo que por ello, está en perfecto estado de conservación.
Gracias a esta pareja de intereses combinados, podemos visitar su interior y sospechar el esplendor de aquellas décadas en (al menos) uno de sus edificios más relevantes.
Más info | Habana Nuestra (el Historiador), La Lonja de La Habana (fotos) Diario del Viajero | Cuba