En Mijas además de los famosos burro-taxis y sus bonitas casa blancas debajo de la Sierra, hay una visita única a no perderser: El carromato del Profesor Max.Confieso que yo no entré, me quedé en la puerta del dicho carromato que está en Mijas pueblo, pero da igual, los recortes de prensa que vi donde aparecía el sr. Max como reputado hipnotizador y fotos de las miniaturas expuestas ya me han convencido del carácter único de este museo de lo freak.
¿No os sentís atraídos? Mi investigación me ha llevado a buscar sobre el Carromato y sobre el propio y único Dr. Max: "El Carromato de Max es una original colección de miniaturas cuya mayor virtud es la curiosidad que despiertan por lo insólito de sus temas. Su origen se encuentra en la colección formada en sus viajes profesionales por D. Juan Elegido Millán, hipnotizador de profesión con el nombre artístico de Profesor Max. La colección se forma con vistas a la apertura de un negocio expositivo que se abre en 1972, con la presentación de unas 360 piezas. Tras el fallecimiento del Profesor Max en 1975, el Carromato de Max pasa a sus herederos, quienes suscriben un convenio con el Ayuntamiento de mijas por el que éste se ocupa de la gestión del mismo."
Pero quién fué el osado doctor que recopiló entre otras piezas, una cabeza humana reducida: "D. Juan Elegido Millán, más conocido por su sobrenombre artístico de Profesor Max, nació en Brihuega (Guadalajara) Estudió medicina, fue maestro nacional, practicante , ingresó en la antigua escuela de periodismo de "El Debate" y también fue un hipnotizador y mago autodidacta muy reconocido en todo el mundo. Fue un hombre bohemio, viajero y aventurero y su gusto por las antigüedades le llevó a coleccionar objetos pequeños, según él por no disponer ni de dinero ni de casa lo suficientemente grande para albergar objetos mayores. Viajó por todo Europa y Africa con el espectáculo Un hombre y una maleta forman el espectáculo más grande del mundo.
Fue en África donde más tiempo estuvo, quizás, casi seguro, empujado por su espíritu aventurero y contaba un sin fin de anécdotas entre las que destacaba siempre las estratagemas a las que tenia que recurrir para conseguir miniaturas. Una vez no le fue posible el acceso a una tribu bauluba y tuvo que montar una sesión de hipnotismo en el camino por el que tenia que pasar el jefe de la tribu, este que era hechicero cuando lo vio desarrollar sus facultades de hipnotizar y unos a la tribu, ofreciéndole lo que quisiera a cambio de revelarle sus secretos. De este encuentro conseguió el profesor Max la cabeza del hombre blanco reducida, la pieza de más valor del museo. El profesor Max contaba que el cabello fue analizado por el F.B.I., que certificó que efectivamente esta cabeza era de hombre blanco, al parecer de un misionero caucasiano que anduvo por esas tierras hacia cien años; hay autores que opinan que por tratarse de una cabeza de hombre blanco reducida es única en el mundo. En sus viajes acumuló miniaturas de todo el mundo pensando en su vejez, en montar un museo que le permitiera vivir y llegó a tener 30.000 miniaturas, valorado en cien millones de pesetas."
¡Menudo tipo el profesor, él si que era un aventurero de verdad!
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