Y más allá de Centro Habana… el Vedado. Es esta una zona residencial rodeada de frondosa vegetación, mansiones que supieron tener sus años de gloria y hoy parecen soportar, como pueden, la falta de mantenimiento.
Plazas, jardines y muchos espacios verdes invitan al viajero a sentarse a disfrutar del aire y a observar el estilo de vida tranquilo del cubano medio. A ver a los niños ir y venir del colegio con sus limpios uniformes, a prestar atención a los mercados y a esas edificaciones hermosas que han perdido su brillo pero no por ello su imponencia y personalidad.
Es allí donde se alzan, por ejemplo, los hoteles más característicos y clásicos de la capital cubana entre los que sobresale el hermoso e imponente Hotel Nacional. Este llama la atención no sólo por su arquitectura sino porque ha sido construido sobre un promontorio rocoso que lo hace aún más grande. El mismo data del año 1920 y, rodeado de verdes jardines, es un paso obligado para los turistas.
Pero claro que no debemos olvidar otros establecimientos como lo son el Hotel Victoria, el Habana Libre, el St. John y el Capri que recuerdan a los años en los que el lujo invadía a La Habana. Por supuesto que, en muchos de ellos, el mantenimiento no es el mejor y la humedad y la falta de pintura pueden llegar a opacar su belleza.
En la zona de el Vedado el viajero también podrá apreciar la imponente Universidad de La Habana cuyos edificios de las diferentes facultades rodean un frondoso jardín en el que no faltan las palmeras y las plantas que esconden esculturas y placas que recuerdan a los héroes e intelectuales cubanos. Claro que, sin dudas, la entrada al campus es de lo más impactante gracias a sus amplias escalinatas con un total de 192 escalones por subir. Allí, el aire jovial de sus estudiantes invita a sentarse y disfrutar de la conversación que, de seguro, estarán dispuestos a brindar al turista.
Por su parte, quienes no teman en realizar lo que se llama necroturismo, podrán visitar el Cementerio de Colón que ofrece visitas guiadas para viajeros. Claro que habrá que tener la suerte de llegar el día y en el horario en el que estos tours parten o, al menos, de encontrar gente dispuesta a brindar esa información. La construcción de esta verdadera necrópolis data del año 1860 y sus panteones son verdaderas obras de arte con mezclas de estilos y para todos los gustos. Un impresionante despligue de piedra, mármol y metal con formas que van desde las más hermosas a las más lúgubres. Todas ellas en homenaje a la muerte.
Sin dudas, la oferta del Vedado es muy amplia. Un lugar para caminar, recorrer y disfrutar.
En Diario deñ Viajero | Cuba Foto | Flickr de designwallah (foto Hotel Nacional) Foto | María Sol Rizzo