Necesitamos salir de casa por nuestro bienestar físico y emocional, pero hay alternativas
El acceso a los parques, la naturaleza y la vida silvestre es fundamental para el bienestar físico y emocional. Sin embargo, podemos encontrar otros viáticos en estos días de confinamiento y distanciamiento social.
Por ejemplo, participar en un concurso que consisten en buscar vida silvestre... sin salir de las inmediaciones de nuestro hogar.
City Nature Challenge
Danny Leong, un investigador especializado en entomología y ecología urbana en Macao, se ganó el apodo de 'Macau Ant Man' en 2017 tras descubrir una nueva especie de insecto en la región más densamente poblada de la Tierra. Esa habilidad para lidiar la vida silvestre será útil cuando Leong lidere en su ciudad natal en el City Nature Challenge.
El evento global alienta a las personas a buscar vida silvestre en sus comunidades y publicar las observaciones en la aplicación iNaturalist. Desde 2018, Leong ha coordinado escuelas, museos y universidades de Macao para que los lugareños, especialmente los niños, cacen en parques y jardines cercanos. Pero este año será diferente, debido al confinamiento que impone la pandemia del coronavirus.
Al igual que en las ciudades de todo el mundo, los 650 000 residentes de Macao tienen restricciones para realizar viajes no esenciales fuera de sus hogares, a fin de frenar la propagación del coronavirus. En una ciudad esencialmente vertical donde los alféizares y balcones son muy próximos entre los residentes, el City Nature Challenge de este año tendrá que reducirse a lo que uno pueda encontrar en un apartamento, incluso si se trata de un bicho debajo del fregadero o de una planta de interior.
Parques públicos
El City Nature Challenge es una de las muchas formas en que las personas de todo el mundo están cambiando su relación con el entorno natural en un momento en que el acceso al espacio exterior compartido rara vez ha sido tan complicado. En muchos países, los bosques y las áreas recreativas se han cerrado al público de acuerdo con las cuarentenas. Se desaconseja o incluso se prohíbe viajar fuera del vecindario.
Aunque la mayoría de las órdenes de confinamiento permiten hacer ejercicio al aire libre, todavía surgen preguntas sobre la seguridad de visitar las áreas públicas. En algunas ciudades, los parques y playas han cerrado sus puertas.
Pero para algunos científicos, investigadores y civiles que se quedan en casa, la era de la pandemia también puede ser una oportunidad para cambiar las percepciones de lo que realmente significa 'naturaleza', y encontrar nuevas formas hiperlocales para apreciarla.
Si algunas personas encuentran algo de alegría o consuelo al acercarse a un polinizador por la ventana o una hierba en la acera, y aprender qué es y cómo funciona, el City Nature Challenge seguirá siendo un éxito. Una forma de viajar fijándonos en los detalles que nos rodean.
De hecho, en un momento en que los efectos en la salud mental del aislamiento masivo y la ansiedad por un creciente número de muertes aún se desconocen, los expertos dicen que es más importante que nunca acercarse a la naturaleza de cualquier manera posible.
Diversos estudios sugieren que los bosques y la vida silvestre ofrecen innumerables beneficios para la salud mental y física a los seres humanos. La vitamina D de la luz solar estimula el sistema inmunológico y la salud ósea. La inmersión en la vegetación, también conocida como 'baño en el bosque', se ha relacionado con una reducción del estrés, la frecuencia cardíaca y una presión arterial más saludables y un menor riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Se ha demostrado que interactuar con el mundo natural, ya sea en un paseo por algunos árboles o en la jardinería en el patio trasero, alivia la ansiedad y la depresión y fomenta una sensación de bienestar.
Observar pájaros y escuchar sus cantos puede ayudar a filtrar el estrés. Un paseo después de la cena puede incluso ayudar a la digestión.
Por supuesto, esto también pone en evidencia la brecha económica: es menos probable que las personas de bajos ingresos tengan patios, parques vecinales a poca distancia o calles arboladas que contemplar desde la ventana. En esos casos, viajar sin viajar será más difícil, pero tampoco imposible. Hay ventanas digitales, hay imaginación, hay la capacidad de una observación y un escrutinio más sosegado de todos los detalles maravillosos que nos rodean en el ámbito del hogar, como bien hizo una vez Xavier de Maistre.